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Roma.

Hyun sale de la habitación a toda prisa y me quedo patidifusa. ¿Qué foto? ¿De qué habla? Decido hacerme una coleta alta a toda prisa de forma que el pelo cae sobre mi espalda como una cascada. Me pongo rápidamente una falda plisada blanca y un jersey de lana azul pastel. Me pongo unas Converse negras y unos calcetines altos. Me acerco a mi espejo y me pongo algo de corrector en las ojeras para disimular mi apariencia demoniaca y un brillo de labios ligeramente rosa.
Camino hacia el comedor. Mi estómago ruge mientras me acerco a él. Es por la tarde. El calor del sol de invierno me calienta la cara y me relaja; haciendo que deje de pensar en la maldita foto que me había mencionado Hyun.
Cuando llego al comedor, un grupito de chicas se me queda mirando y hablan entre sí. Unos brazos me rodean al instante y hacen que me tambalee. Por el perfume y el pelo, sé que es Rosalya.
—Tía, ¡estaba muy preocupada!—Exclama. Se separa y me coge las manos.—¿Estás bien?—Me pregunta.

—Sí, estoy bien, creo.—Respondo en voz baja y miro al suelo.

—¿Crees?—Pregunta y me aparta un mechón de pelo escondiéndolo tras mi oreja.

—Sí, es que Hyun está muy enfadado y... Hay una foto de algo.—Musito mirando a mis alrededores. La gente susurra con sus amigos y la mayoría me miran mal.

—¿Una foto? Yo no sé nada.—Rosa enarca una ceja y me invita a merendar un Donut de chocolate con un vaso de leche. Nos sentamos en una mesa y charlamos de cosas. Rosa me explica que las ventas en la tienda de Leigh están disparadas y lo mucho que se alegra por él. Me explica la forma en la que Nathaniel me salvó de aquel violador y mi corazón late desbocado al instante.

Como mi donut con ansia. Tenía muchísima hambre y gracias a Rosa, la cosa ha cambiado.
De repente, suena una notificación del móvil de Rosa y lo desbloquea. Al instante, abre los ojos como platos. Se escuchan de fondo otros sonidos de notificaciones en la cafetería y todos me miran al instante. Me entran los nervios y decido concentrar la vista en el rostro de Rosa.

—¿Qué está pasando Rosa?—Pregunto susurrando. Ella extiende su móvil hacia mí y me quedo pasmada.

Es una foto.

De esta mañana.

De Nathaniel y mía.

Las cosas comienzan a cuadrar en mi mente. El enfado de Hyun, los susurros, las malas miradas...
Me levanto con fuerza y salgo corriendo de la cafetería mientras las lágrimas corren por mis mejillas.

Lo siento cariño, me encanta. •cdmu•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora