Capítulo 5

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Neo

Paseo mis dedos encima de mi teclado, ha pasado una semana desde que prácticamente las destrocé, pero no es eso lo que me tiene pensativo. Hoy, en un par de horas sale el vuelo en el que Valerie se va al otro lado del mundo. En estos días no he sabido nada de ella, pero lejos de sentirme aliviado dentro de mí crecía la necesidad de una explicación porque todo debía tener una explicación. Me negaba a pensar que Valerie me tuvo en la incertidumbre solo para poder escapar sin tener que darme la cara, aunque al final resulto en eso.

Athan me ha visitado todos los días. Ahora entiendo el motivo de su pelea con Jonás. Ellos habían ido a la casa de la madre de Jonás a dejar algunas cosas para la mudanza, como es natural Athan estaba al tanto de ello desde hace algunas semanas, entendía que la salud de Valerie era lo más importante para la familia hasta que escucho a Valerie hablando con su madre y diciendo que no era capaz de hablar conmigo, por supuesto en ese momento no entendió a que se refería y en solidaridad de hermano comenzó una discusión en un intento por defenderme, esta no resultó bien en el momento en que Jonás se inmiscuyó y todos sabemos en que resultó. Aunque ellos habían pensado en seguir su relación a distancia algo se rompió ese día entre ellos, Athan no habla de eso, pero yo no dejo de sentirme culpable de su separación.

En mi mente no deja de crearse teorías por las cuales Valerie no me dijo la verdad, quizás solo fue por cobardía o le daba miedo el herirme, sea la que sea, esto no pudo salir peor.

Extraño poder tocar el piano, en mis momentos más difíciles siempre había sido el mejor compañero para poner en notas mis sentimientos. Ahora es por mi culpa que no pueda estar perdido en las suaves notas y eso es algo de lo que debo aprender y madurar. Me alejo de mi teclado con pesar y me recuesto en la cama.

En mucho tiempo no había tenido tanto tiempo libre. Alejandra ahora está en clases lo que se traduce en que estoy solo en casa. He visto todas las series y películas que tenía pendientes, he leído algunos libros, pero decidí no volver a tomar uno de la colección de mi mejor amiga. Así que en este momento lo más entretenido que tengo por hacer es clavar mi mirada en el techo.

Mi celular comienza a sonar sacándome de mis pensamientos. Me estiro perezoso a tomarlo, el nombre Apolo se ilumina en la pantalla.

—Dime, Apolo —descuelgo, eso ha sonado mucho más brusco de lo que pretendí.

—Pero qué amigable estás enano. Estaré ahí en quince minutos, voy con Danielle tenemos que hablar contigo.

Que mi hermano y nuestra manager vengan a hablar conmigo no sonaba nada bien. No había hecho nada malo, así que supongo que no tengo de qué preocuparme... creo

—Vale.


Tal como lo dijo quince minutos después está llamando a la puerta. Voy a abrirles y me encuentro con un sonriente Apolo, nunca dejará de sorprenderme. Se hace a un lado para dejar a Danielle pasar primero, ella me mira con una sonrisa maternal. Palmea mi mejilla antes de dejar un beso, la miro extrañado, Danielle no suele ser cariñosa, si bien hasta ahora nos a cuidado muy bien no habíamos llegado a ser tan cercanos. Enarco las cejas y Apolo palmea mi hombro.

—¿Cómo sigues, enano? —pregunta con una sonrisa triste.

—Mejorando, quiero estar bien para el concierto —declaro. No tengo ganas de hablar sobre Valerie así que es mejor hablar de la banda.

—Me alegra escucharlo, de hecho, por eso estamos aquí.

Pasamos al salón y veo a Danielle sacar varios rollos de papel de su bolso.

SAGA LUX II | El amor de NeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora