Capítulo 12

2.9K 383 4
                                    

Sarah

Aún me debato mi presencia aquí. Le doy otra mirada al hotel que se alza imponente frente a mí. El «The Bervely Hill» era el hotel más exclusivo de todo Los Ángeles y es aquí donde se llevará a cabo la fiesta de cumpleaños del mayor de los Lux. Athan tuvo la amabilidad de invitarme para que saliera un poco de mi encierro.

Mi rodilla se encuentra un tanto mejor al menos ya no debo llevar el inmovilizador, pero no creo que se vea bien el vestido de gala azul oscuro con las balerinas plateadas, sin embargo, no puedo usar zapatos altos y tampoco es que me muera por ello. No estoy segura si entrar o no, la principal razón es que este no es mi tipo de ambiente y si fuera poco estaba la prensa en todo lugar y no quería tener que enfrentarlos ahora que los rumores sobre mi lesión se habían calmado.

Tomo una respiración profunda para calmar mis crecientes nervios. Luego de mucho pensarlo decido entrar por un momento, saludar a Athan e irme, será lo mejor. Me encamino a la entrada principal del hotel, la organización había dispuesto una entrada directa a donde se lleva a cabo la fiesta para que las celebridades invitadas puedan pasar por alfombra roja, mientras aquellos que no les gusta tanto la atención tienen una entrada más reservada.

Al llegar al salón paseo mi mirada sobre las docenas de personas que están aquí. El lugar es simplemente impresionante y es evidente que la empresa que los maneja no ha escatimado en gastos para esa noche. Doy un paso vacilante hacia adelante y un movimiento brusco llama mi atención a un lado de la entrada.

En una columna veo a un hombre joven intentando mantenerse en pie, por un segundo cruza en mi mente lo borracho que debe estar para estar en ese estado, pero luego de observarlo unos minutos caigo en cuenta de la palidez de su rostro. Me encamino hasta donde se encuentra para asegurarme que esté bien, estoy a punto de hablarle cuando su cuerpo cae hacia adelante, sus ojos están casi cerrados. Me apresuro a agarrarlo por los hombros para evitar que se caiga y noto que es bastante más alto que yo.

Siento un dolor punzante en mi rodilla al cargar con su peso. Es casi insoportable, pero tampoco puedo dejarlo caer.

Un camarero nos ve y se apresura hacia nosotros.

Me ayuda a cargarlo y siento que mi rodilla me molesta aún.

—Podemos sacarlo de aquí —pido viendo como algunos reporteros se pasean por el lugar.

El mesero ve en la misma dirección que yo y comprende mi preocupación.

—Si, sígame por aquí.

Camino tras de él con dificultad, la rodilla cada vez me duele más. Llegamos a un pequeño apartado de lo que supongo es parte del restaurante por que hay una gran mesa para más de doce personas.

—El reservado está vacio, llamaré al médico del hotel y a uno de los encargados para que venga.

Coloco tres sillas juntas para hacer una especie de cama donde deposita al hombre antes de marcharse.

Dejo salir el aire que estaba conteniendo, con esfuerzo me acerco y muevo una silla para mí y la coloco cerca del muchacho. Viéndolo así se ve bastante joven. Su cabello tiene unos graciosos bucles, debo admitir que es la primera vez que los veo en un hombre, sus largas pestañas descansan en sus pómulos y también tiene unas bonitas cejas pobladas.

Siento un aire familiar en él, pero por mucho que lo pienso no lo recuerdo de nada. Toco su rostro y me sorprendo al sentir su tacto helado, con esfuerzo me incorporo haciendo una mueca por el hincón que se produce en mi rodilla. Tomo una de sus manos y busco su pulso en la muñeca, tardo un poco en dar con él, pero ahí está es algo débil pero constante.

SAGA LUX II | El amor de NeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora