Pasos para superar a un Kun, por Liu Yangyang. [KunYang]

Sin ti.

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Yangyang oyó los golpes en su puerta y se negó a abrir porque sabía que tras ella estaba su hermano listo para regañarlo por irrespetuoso, se limpió la carita con su sabana para luego pasarla por sus ojos, cerrando estos con fuerza.

Al entrar a su habitación, luego de ver a Kun y con el enojo acumulado se había echado a llorar. No sabía cuánto lo necesitaba, pero ahora que había empezado no veía cuando pararía, las lágrimas seguían saliendo como una cascada y sus pensamientos tampoco colaboraban mucho si intentaba hacerse el fuerte y decirse, "no voy a llorar", ya que, eran ellos los que le decían una y otra vez cuan mal estaba haciendo las cosas. Zeren le había pedido que se alejara de él, Yangyang hubiera preferido terminar las cosas bien pero, por su culpa, no fue así. Ver a Kun tampoco fue de mucha ayuda teniendo en cuenta que, en ese caso, había sido él quien le pidió al mayor que se alejara cuando la amistad entre ellos empezaba a crecer.

Le dolía el pecho, clasificaría eso como "un corazón roto".

Los golpes a su puerta no cesaron y empezaba a desesperarse por el sonido que se producía. De seguro SiCheng estaría preocupado, pero quería estar solo. Se levantó con mucho esfuerzo de su cama, mirándose al espejo una vez antes de caminar hacia la puerta con pesadez, si no le abría a su hermano de seguro este terminaría más enojado de lo que ya debía estar, así que con un suspiro y sintiéndose del asco pero aun así, poniendo la mejor expresión en su cara, abrió la puerta, encontrándose a Kun frente a ella. El mayor tenía las manos dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón y cuando vio a Yangyang, la preocupación que pasó por su cara era imposible de ocultar, elevando las cejas y formando una línea con sus labios. La expresión del menor se endureció, listo para cerrar la puerta y echarse a llorar nuevamente por lo hermoso que se veía el chico. Pero antes de que pasara esto, Kun puso el pie entre el marco y la puerta, sabiendo sus intenciones y evitando de esta forma que el chico cerrara puerta.

—Hola, Yangyang. —Rompió el silencio con tranquilidad—tu hermano salió.

Yangyang asintió. —¿tú qué quieres?

Kun titubeó, pensando un poco qué decir.
—Hablar contigo.

El menor se encogió de hombros, agachó la cabeza y evitó mirar a Kun. Seguía siendo débil ante el mayor y se odiaba por eso.
—¿Quieres entrar? —susurró, haciéndose a un lado para darle paso al chico en su habitación, la cual por suerte estaba ordenada, Kun entró y Yangyang dudo en cerrar la puerta o no, al final lo hizo por la costumbre de mantenerla así. —puedes sentarte donde quieras.

Kun caminó hasta el escritorio y acomodó la silla de este para luego sentarse en ella, Yangyang fue hacia su cama, sentándose en esta y cruzando las piernas, tomó una de sus almohadas y le abrazo, enterrando su mentón en ella y dándole pequeñas miraditas a Kun.

—¿Cómo estás? —preguntó el mayor, con notable preocupación.

Yangyang se mordió el labio inferior. ¿Qué debía responder?: "Zeren me odia, al parecer lo hice sufrir. Me duele el corazón porque te amo desde hace casi tres años pero tú no me amas y cuando quiero superarte solo apareces frente a mí", pensó. Pero no podía responder eso.

—No creo estar en mi mejor momento.

—¿pasó algo? —inquirió con cautela.

—Solo estoy pensando en muchas cosas. —contestó, cerrando sus ojos. —y pensar mucho no es bueno.

—Sabes que puedes hablar conmigo y desahogarte.

¿Cómo le decía que no podía, cuando él era la principal causa de su problema?