𝓥𝓔𝓘𝓝𝓣𝓘𝓒𝓘𝓝𝓒𝓞

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―¡Vamos Jimin! ―gritó Emma ya fastidiada― Llevas más de una hora queriendo encender la fogata y nada ―bufó― Me estoy congelando.—

―A ver Park ―dijo Dave levantándose del tronco en el que se encontraba― yo lo hago.—

Dave caminó hacía Jimin y le quito los cerillos de la mano, se dirigió a la camioneta y sacó unas varitas de algo que dijo que se llamaba ocote y que serviría para encender la fogata.

―¿Tú para qué crees que es esto? ―dijo Dave mostrándole las varitas.

Encendió una de esas varitas y la colocó en medio de la leña y la fogata poco a poco comenzó a encenderse.

La verdad es que a veces Jimin era un poco despistado y terco, creía que podía hacer las cosas sin ayuda de algo o alguien y a veces eso le restaba puntos.

―Y así es como se enciende una fogata ―dijo
Dave en un tono un tanto arrogante pero juguetón y luego tomó asiento a un lado de Sofi.

―Vale ya lo entendí, a la próxima me traeré un manual para encender fogatas ―dijo Jimin en un tono un tanto fastidiado.

Emma regresó a su cabaña y salió con una bolsa de malvaviscos y unos palitos, nos ofreció malvaviscos a cada uno de nosotros y los acercamos a la fogata para que se quemaran un poco, adoraba los malvaviscos quemados, eran deliciosos y me gustaba la sensación de cómo se deshacían en la boca con tanta facilidad después de estar en el fuego.

Estuvimos un rato platicando y luego Emma nos dejó con la excusa de que estaba muy cansada por la caminata que habían hecho horas antes y se fue a su cabaña, después Dave y Sofi dijeron que también estaban bastante cansados y que irían a descansar, Jimin y yo nos quedamos afuera.

―Me gustaría estar aquí por siempre ―miré a Harry quien tenía una mirada de tristeza mezclada con nostalgia.

―¿Por qué? ―me moví más cerca de él si es que eso era posible.

―Todo está bien aquí, no es como en la ciudad, allá sólo son problemas, problemas y más problemas, aquí sólo somos nosotros ―me miró y me regaló una media sonrisa melancólica― A demás esto me trae buenos recuerdos.—

―Estoy completamente de acuerdo contigo ―lo rodeé con mi brazo― respecto a lo de tus papás, sabes que fue lo mejor Jimin, cuando las cosas en una pareja ya no van a ningún lado, lo mejor es terminar ―besé su mejilla.

―¿Crees que podamos escondernos por ahí? ―lo miré con el entrecejo fruncido― Ya sabes para no tener que irnos ―reí.

―Esa no es una mala idea Park ―me separé de él y le di una mirada cómplice― pero primero hay que terminar la escuela, quiero tener un título, un trabajo, casarme, tener hijos y todas esas cosas ―sonreí.

―Bien podemos cambiar tus planes ―lo miré y arqueé una ceja― Tenemos hijos, nos casamos y después terminamos la escuela y conseguimos un trabajo.—

―Me gusta más mi plan ―sonreí― Primero la escuela y después los hijos.—

―¿Eso es un sí? ―fruncí el ceño.

―¿De qué?—

―De ser mi novia ―sonrió.

―¿Acaso esa cosa de tener hijos fue tu propuesta? ―arqueé una ceja y reí― Definitivamente tu idea de una propuesta para ser novio de alguien está completamente errónea.

―Bien, entonces seré más formal ―se puso frente a mí en cuclillas― Lane ―reí― ¿quieres ser mi novia? ―sonreí― Vamos, esta propuesta fue muchísimo mejor que la otra, aprendo rápido ¿no? ―guiñó― Realmente quiero estar contigo.—

―Estás conmigo justo ahora ―sonreí― a menos que yo sea un holograma o algo por el estilo.—

―Uno nunca sabe ―solté una risa audible― pero sabes que no me refiero a eso ―rió― Quiero que seas mi novia.—

Lo miré fijamente, su expresión comenzaba a volverse de impaciencia, esto era muy divertido para ser honesta, quería ver hasta qué punto podía aguantar Jimin sin una respuesta. Pero fui yo la que no aguantó ni un segundo más.

―De acuerdo ―asentí.

Me acerqué a Jimin tomé su cara entre mis manos y le di un cálido beso, me gustaba la sensación de sus labios junto a los míos.

―No puedo creer que esto esté pasando ―sonrió.

―Yo debí haber dicho eso ―reí.

―Vamos adentro ―tomó mi mano y me ayudó a levantarme― Está bajando la temperatura.—

Nos dirigimos a la cabaña y nos alistamos para ir a dormir, me recosté en la que se supone que sería mi cama y me tapé con las cobijas.

―Park ¿quieres apagar las luces? ―dije mirando hacia la pared que se encontraba frente a mí.

―De acuerdo ―pude escucharlo caminar fuera de la cama.

Me volví a acomodar en la cama y cerré mis ojos cuando apagó la luz, a los pocos segundos sentí el peso de Jimin sobre mí.

―Park, quítate de encima me está faltando el aire ―dije soltando manotazos en dirección de Jimin.

―Quiero dormir contigo Lane.—

―Pues acomódate ―solté― pero no encima de mí ―hice espacio en la cama.

Jimin se quitó de encima y se colocó detrás de mí, pasó su brazo sobre mi cintura y me atrajo hacia él, por unos segundos me sentí incómoda porque no me acomodaba de esa manera, pero después de removerme un poco logré acomodarme, me di la vuelta y lo vi sonreír, cosa que me hizo sonreír a mí automáticamente, después besó mi frente.

―Te quiero, Lane.—

―Yo a ti Park―sonreí.

―¿Llevarás el jersey que tiene mi apellido al partido? ―dijo acariciando mi cabello.

―Quería llevar el mío ―hice un puchero― Hace mucho que no lo uso.—

―¡Vamos Lane! Son las semifinales.—

―Lo usaré en las finales ―sonreí.

Jimin se quedó en silencio por unos segundos, tanto que llegué a la conclusión de que tal vez se había quedado dormido.

―¿Y si no vamos a las finales?—

―Tengo toda mi fe en ustedes ―me acurruqué sobre su pecho y sentí como besó mi cabello― Buenas noches Park.—

―Muy buenas noches Lane ―dijo Jimin en un tono que hizo que se me erizara la piel.

The lucky oneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora