La hermana de Lavezzi (Lio Messi y tu)

Capitulo 40: El hospital

En ese momento no era conciente de lo que sus ojos precenciaban. Podía ver a Emma tirada en medio de la calle con los parpádos cerrados y la sangre de sus cienes acariciando la piel de su cara. Un segundo sin poder creer que lo que estaba pasando era real, como si el parpadeo lo atrayera a la realidad, inmediatamente corrio hacia ella y la tomo entre sus brazos como si solo bastara eso para que ella todavía siguiera con vida.

Lio: ¡ALGUIEN AYUDEME POR FAVOR!- Grito pero sin saber especificamente a quien se dirigia 

-Acabo de llamar a emergencias, dicen que vienen inmediatamente- lo alivió una morocha que se encontraba entre una de la primeras personas que precenciaban el espectáculo.

Lio: Quedate conmigo, por favor- le suplico entre sollozos escondiendo su rostro en el pecho de ella

3 minutos después, un grupo especializados de paramedicos se abrieron paso entre la multitud arrastrando una camilla. Lio pudo sentir como le arrebataban a Emma de los brazos y la recostaban en la camilla colocándole un respirador en el rostro. Al ser su esposo, le fue permitido viajar junto a ella en la ambulancia. En ningún momento soltó la mano de ella, que por cierto se iba enfriando cada vez más a medida que pasaban los segundos. La ambulancia frenó bruscamente e inmediatamente se abrieron sus puertas traseras por los médicos que quitaban a toda prisa la camilla del vehículo.  Lio entró junto a ellos al hospital pero le impidieron el paso al llegar a la sala de operaciones.

Lio: Eu ¿que hacen?- pregunto desesperadamente intentando abrirse paso entre los médicos

Dr: Señor, usted no puede entrar ahí

Lio: ¡ES MI ESPOSA, TENGO DERECHO A VERLA!- se exaspero al escuchar tal estupides

Dr: Le suplico que se calme y espera en la sala

Lio se marchó resignado al lugar que le indicaba el médico. ¿Por qué tenía que pasarle eso a él de entre todas las personas? ¿qué había hecho para merecer todo lo malo que le pasaba?. Todo era culpa de él, si no la hubiera llevado al teatro nada hubiera pasado, estarían Thiago, ella y él cenando la pizza de Emma y al día siguiente despertarían para empezar un nuevo día. Había prometido nunca permitir que nada malo le ocurriera, y había fallado. Dos horas después, llego un cirujano de aproximadamente 40 años de edad y se dirigió hacia él.

Dr: ¿Es usted esposo de Emma Lavezzi?- Lio asintió- Lamentamos informarle que el paciente se encuentra en un coma que en la sala de operaciones consideramos preocupante

Lio se apreto las palmas de las manos contra el rostro para luego irlas arrastrando hacia atras de modo que se echaba el pelo para atras. 

Lio: ¿Pero va a vivir? ¿va a estar en estado vegetativo? ¿qué va a pasar con ella?

Dr: Nosotros somos optimistas, creemos que se va a encontrar en estas condiciones durante un mes, tal vez un poco más.

Lio: ¿Cuánto sería "un poco más"?

Dr: Un mes y dos semanas, depende de como valla evolucionando el paciente durante el tratamiento

Lio: Cuando ella despierte...

Dr: No me gusta ser pesimista, pero no este tan seguro de eso, lo que quiero decir es, tiene que estar preparado para todo, se trata de un accidente de auto, las posibilidades de que despierte son las mismas que las probabilidades de que no lo haga.

Lio: Bueno, en el caso de que despierte, ella...¿cómo va a ser su capacidad cerebral?, me refiero a...¿le van a quedar traumatismos?

Dr: No olvide que estamos de el cerebro, es como una caja de pandora, nunca se sabe a ciencia cierta como puede reaccionar el cerebro en determinados accidentes

Lio: ¿Hay algo positivo que pueda rescatar de esto? ¿alguna buena noticia del tratamiento?

Dr: Su esposa vive, es todo lo bueno que puedo decirle- Lio asintió- hablándole un poco como doctor y como persona, soy optimista, su esposa es una luchadora y no dudo en que pueda desertar 

Lio: Gracias

El doctor asintió para luego marcharse. Si un médico especializado le había afirmado que no le cabían dudas de que Emma despertaria, significaca que lo haría. Debía aferrarse a cualquier esperanza que se le fuera otorgada para poder mantenerse fuerte por ella y por él. Después de todo, la esperanza era todo lo que le quedaba en ese momento.

Las semanas transcurrian al mismo tiempo que la evolucion de Emma. Había avanzado positivamente en el tratamiento y eso le daba cada vez más fuerzas a Lio y a todos los que amaban a Emma para seguir adelante. El 10 de enero indicaba que se había cumplido un mes y 5 días desde que empezó el tratamiento de Emma. Lio no era el único que contaba los días, también lo hacían Magui, Kate, Adam, Pocho y todos a los que Emma consideraba su familia. Lio ya no sabía que responderle a Thiago cuando este preguntaba porque su otra mamá no volvía a la casa. Odiaba mentirle a su hijo, odiaba tener que decir que Emma se había ido a viajar para un proyecto de psicología y tener que aguantar el nudo de su garganta al saber que cada palabra era una farsa. 

Pocho: Hola campeón- saludo palmeando su espalda en el pasillo del hospital

Lio: Hola

Pocho: ¿Sabés algo nuevo?

Lio: Lo mismo que ayer, perdoname

Pocho; No empieces

Lio: Es que fue mi culpa, no la cuide bien, por mi culpa ella esta donde esta, si no la hubiera dejado sola en medio de la calle

Pocho: Eu, no fue tu culpa, el semáforo todavía estaba en verde para los peatones, no fue tu culpa que el maldito del taxista hubiera cruzado cuando no debía, aunque vos hubieras estado con ella no hubieras podido hacer nada al respecto

Lio: Es que...- pero no pudo terminar de hablar porque en ese momento llego una enfermera que corria a toda prisa hacia ellos

Enfermera: Señores les pido porfavor que me acompañen , es urgente- dicho esto se dio media vuelta  empezo a caminar lo más rápido que sus piernas le permitían

Lio: ¿Qué paso?- pregunto siguiendole el paso a la enfermera y a su cuñado

Pero no fue necesario que respondiera porque en ese momento la enfermera abrió la puerta lentamente y dio paso a una habitación bastante amplia en la que el objeto principal era Emma que parpadeaba suavemente y una enfermera junto a ella, anotando todo lo que hacía.

Pocho: Emma...- susurro mientras se acercaba poco a poco a su hermana- ¿estas bien? ¿cómo te sentis?- pregunto despacio tomando su mano mientras se sentaba en la camilla

Emma: Pocho...¿qué paso?

Pocho: No importa, lo que importa es que estas bien

Lio: Mi amor ¿cómo estas?¿te duele algo?- preguntó sentádose en el lado izquierdo de la camilla

Emma: ¿Quién sos?- preguntó extrañada volteando la vista hacia él