47

1.1K 120 6
                                    

Sunhee

Dejé mi pincel a un lado y estiré mi espalda, estaba algo cansada por pasar tanto tiempo aquí agachada. Por fin había terminado otro cuadro, ahora solo tenía que dejarlo a un lado para continuar con el siguiente en la fila, pero eso sería después de tomarme un descanso y comer algunos bocadillos, un paseo por el jardín y una pequeña visita a Jungkook.

Salí un momento de mi cuera para explorar el mundo soleado que se presentaba frente a mí, todo estaba en silencio, como siempre, lo que en esta casa podría decirse que es una buena señal.

Caminé hasta la oficina de Jungkook y antes de entrar llamé un par de veces a su puerta con suaves golpes, pero al no recibir una respuesta, simplemente abrí, pero él no estaba.

Busqué a alguien para preguntar sobre el paradero de Jungkook.

—Elizabeth –estaba en una de las habitaciones limpiándola un poco

—Dígame, señorita –me sonrió amablemente

—¿Sabes dónde está Jungkook?

—Salió con Adam hace unas horas

—¿Sabes de casualidad a dónde fueron?

—Fueron a revisar un cargamento de botellas que llegó dañado

—¿Dañado? -Elizabeth aceptó con la cabeza para reafirma sus palabras –espero que no sea nada grave –susurré –está bien, gracias

—Por nada, señorita

La dejé para que continuara con sus cosas y ahora, sabiendo que Jungkook no estaba en casa me enfoque en buscar algo de comer. Fui a la cocina la cual estaba completamente sola, así que con toda libertad y sin estorbarle a nadie, pude prepararme un bocadillo mientras miraba algunos videos para entretenerme en mi celular.

Busqué algo como galletas o pastel, algo dulce que fuera buena compañía para el café que planeaba prepararme. Busqué en el refrigerador y en la alacena, encontrándome con galletas de chispas de chocolate en un frasco de vidrio.

Igual a como mamá las guardaba cuando mi nombre era Jeon Hana.

Sonreí ante el recuerdo y después pensé que ahora no había nadie que me impidiera comer todas las que yo quisiera esperando que mis palabras le llegaran a dónde quiera que estuviera y no era una declaración de guerra, simplemente me imaginaba la cara de terror que pondría si me viera comiendo más de dos galletas y también imaginándome el discurso que mi madre actual me diría sobre la obesidad, la diabetes, el colesterol, los años que me estoy restando por comer dulces y por no cuidarme.

Son solo unas cuantas galletas.

Me senté en uno de los bancos en la isla de la cocina, con mi teléfono enfrente y el frasco de galletas a mi lado después de haberme preparado una taza de café.

No pasó mucho cuando el sonido de la puerta de entrada abriéndose y cerrándose se escuchó en toda la casa gracias el eco de los grandes techos y del silencio. Quien había llegado claro que eran Jungkook y Adam quienes ya estaban de regreso. Dejé el frasco en su lugar y salí de la cocina para encontrarlo camino a su oficina.

—Jungkook –lo llamé antes de que entrara

—Sunhee –sonrío ampliamente al verme

—¿Todo bien con el cargamento y las botellas?

—¿Las...? Ah, sí, todo está bien

—Entonces si todo está bien –tomé su mano –estaba pensado que tal vez hoy en la noche podríamos salir a comer algo y aprovechar que estamos en el pueblo para dar un paseo

También en otra vida (JeonJungkook)Where stories live. Discover now