Capítulo 19

3K 398 28
                                    

Sarah

Mi padre aún se ríe mientras esperamos en la recepción. Lo miro con las cejas enarcadas.

—No me mires así. Nunca había visto a ningún artista hacer eso con sus fanáticos.

Sonrío recordando ver a Neo rodeado de al menos una decena de jovencitas mientras todas le hablaban al mismo tiempo mientras él sonreía y firmaba todo lo que le ponían en frente. Mi padre tenía razón no muchos artistas hacían eso, incluso yo que tenía mucha gente que me apoyaba cuando patinaba nunca me detuve un momento para hacer algo por ellos.

—Creo que ya había quedado claro que Neo no es como todo el mundo.

Mi padre me mira curioso y sus ojos azules brillan con una emoción que no conozco. Pasa su mano por mi cabello en una caricia paternal.

—Sí, de eso no hay duda.

Unos minutos más tarde Neo aparece en el ascensor con una expresión de disculpa, se acerca a nosotros con paso ligero.

—Disculpen, no sabía que ya habían llegado.

Mi padre sacude la mano quitándole importancia.

—No te disculpes, nosotros llegamos antes. Además, te debes a tu público.

El alivio es evidente en el rostro de Neo y me provoca una sonrisa porque es muy expresivo.

—Pasemos a la sala.

Asentimos. Mi padre me ayuda a ponerme de pie, pasa una mano debajo de mis brazos y río. Su espalda está demasiado encorvada que causa gracia. Neo se percata de eso y se vuelve hacia mí. Puedo ver en sus ojos cafés una pregunta silenciosa.

—Papá creo que será más fácil si Neo me ayuda. —Al momento de decirlo mi pulso se acelera, es extraña la forma en que la simple cercanía de Neo es capaz de hacerme, es algo que no entiendo y eso no me gusta.

Papá nos mira y pasa un momento hasta que entiende a lo que me refiero. Neo de inmediato toma su lugar y me ayuda de la misma manera que lo hizo ayer. Sin embargo, mi piel ahora está mucho más sensible a su tacto, soy consiente de como sus manos se afianzan a mí y sostienen con seguridad.

—¿Todo bien? —me pregunta y por un segundo no tengo la menor idea de qué responderle.

—¿Eh? Sí, bien vamos.

Antes de avanzar me da una mirada larga, al final asienta y comenzamos a caminar.

Observo con curiosidad el lugar, no sabía que esperar sinceramente. Caminamos por un pasillo largo lleno de puertas y puedo darme cuenta que nos estamos dirigiendo a la puerta del fondo.

—Todas estas son salas de ensayo individuales, muchas veces necesitamos practicar por nuestra cuenta antes de hacerlo todos juntos. En la parte de atrás hay varias salas grandes para todas bandas.

—Vaya, es una gran infraestructura.

—Tiene que serlo, las salas deben ser insonorizadas para que el sonido no se filtre y moleste a los demás. Además, Star Records por el momento solo tiene bandas y eso es más complicado que los solistas.

Asiento sorprendida de todo el trabajo que representa ser un artista, siendo sincera jamás me había puesto a pensar en eso.

Neo abre la última puerta y suelto un jadeo de sorpresa, el lugar es grande. Es una gran habitación, en el fondo esta una batería enorme con dos bombos y al menos una docena de platillos, nunca había visto una tan grande. A un costado como si se tratara de una tienda de instrumentos están colgadas guitarras en varios modelos y bajos, aunque, hay dos guitarras en especial que llaman mi atención.

SAGA LUX II | El amor de NeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora