15. Todos quieren gobernar el mundo

46.5K 4.4K 2.8K
                                    

A un mes de la llegada del príncipe a la Academia Black las personas comenzaron a ponerse ansiosas, incluida yo.

―¿Cómo creen que será? ―pregunté, apoyando mis codos en el barandal del balcón.

―Probablemente aburrido ―contestó Emery.

―¿Cómo puede saber eso si no lo conoce? ―replicó Prudence.

Con el transcurso del tiempo, ella comenzó a acercarse a nosotras y Emery dijo que estar en un trío no sería tan mala idea, aunque no estaba segura de si hablaba de lo mismo que nosotras. Diamond me caía bien, no hablaba mucho, pero cuando lo hacía decía cosas interesantes.

―No creo que importe cómo sea, su título sí. Es nuestro futuro rey, ese es el motivo de tanto escándalo ―se justificó Blue.

―Después de vivir veinticinco años en un palacio sin brindar entrevistas, la gente querrá hacerle preguntas en una de sus primeras apariciones en público ―repuse, pensando en voz alta.

―Estoy segura. Apuesto a que mis padres están desesperados por una exclusiva.

―¿Por qué aparece ahora? ―indagó Prudence―. Por lo que sé, Edmund se comprometió con la Reina Noreen a su edad, quizá esté en busca de un compromiso.

―Entonces, usted debería casarse con él ―propuse en chiste.

―Ella tiene razón ―concordó Emery―. El otro día dijo que le parecía un cuento de hadas antiguo hecho realidad.

―Yo no dije eso.

―Sí que lo hizo. Dijo, citando textualmente: "si el rey me pidiera matrimonio, no lo pensaría dos veces, es decir, ¿quién no querría ser la nueva Rosa Negra?" ―agregó Blue, imitando a Prudence. A los reyes se les llamaba Cuervos y a las reinas Rosas Negras en referencia a los blasones que debían plasmar en su piel a la hora de ascender al trono―. Y en respuesta a ello diré que yo no quiero ser una, la corona es linda, sin embargo, son demasiadas responsabilidades y yo me basta con las que tengo.

―Concuerdo.

―Hablando de bodas, oí que Dolores se comprometió recientemente con un chico de Bulgaria.

Prudence bajó la mirada.

―Es cierto. Nuestros padres lo arreglaron por correo.

―Eso es tris... tradicional ―comenté.

―No lo sé, mi hermana me comentó que en sus cartas parecía gracioso.

―Si es que las escribió ―corrigió Emery.

―Cambiando de tema, ¿alcanzaron a estudiar la guía que nos dio Owl?

El profesor nos la entregó un par de días antes. Un día y esperaba que la aprendiéramos en un santiamén. Clanes, en serio lo detestaba. Decir que no dormí para estudiarla era una pequeñez.

―¿Eso se pregunta? Por supuesto que lo hice, aunque me costó un poco entender la segunda parte ―confesó Prudence.

―Yo apenas le eché una ojeada ―dijo Emery relajada. La miré incrédula―. ¿Qué? ¿Por qué me miran como si hubiera dicho que el amor es maravilloso o que he asesinado a un cachorrito? Tengo buena memoria y por eso no necesito nada más.

―Y después dicen que el mundo no tiene favoritos.

Las evaluaciones abarcaron esa jornada por completo. Los rumores cambiaban debido a la proximidad de la siguiente gala. Estábamos discutiendo las respuestas a los exámenes en plena cena cuando Cavanagh apareció en el umbral del comedor.

―Señor Stone, debe acompañarme ―indicó ella.

Seguimos charlando y luego de varios minutos Diego regresó. Me preocupó el hecho de que no probó bocado en el resto de la velada. No sabía qué le habían dicho, solo que no podía ser bueno. Al marcharnos, escuché que tocaba una canción en el violín, lo que significaba que estaba molesto por algo, así que decidí no ir con él. Tal vez necesitaba su espacio y vendría a mí cuando quisiera. Me di una ducha en busca de relajarme y me senté en mi cama a escribir en mi diario. Como casi siempre, a las once la puerta de mi cuarto se abrió e ingresó él.

ConstruidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora