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Su apareamiento duró un total de 3 días. Durante eso se mantuvieron casi sin separarse y JungKook tuvo que controlar a JiMin. Su joven compañero fue el único con una mordida, por ahora JiMin no le había dado una a él, eso hizo que se volviera extremadamente apegado y sentimental.

Ahora habían salido a buscar a los niños, consideraron que era correcto. Bueno, el mayor lo decidió. JiMin apenas hablaba, y se comportaba como un cachorro. Buscando estar cerca de él y lloriqueando si pasaba lo opuesto.

Mientras caminaban, algunos los miraban consternados. Y bueno, por el hecho de que llevaba a JiMin en su espalda. Ese comportamiento era propio de alguien que aún estaba pasando por la unión con su pareja. Todos debían preguntarse qué hacía en la calle con su compañero así. Pero JiMin era padre de tres niños y necesitaba de sus cachorros. Y en secreto, JungKook también quería verlos.

Llegaron a la casa Alfa y JiMin miraba curioso todo.

– ¿Cachorros? –preguntó el menor señalando el lugar.

–Si, ahí están –respondió con cariño, también deseaba ver a los niños.

Golpeó la puerta y esperaron. JiMin cantaba una melodía en su oído, así que no le molestaba esperar. Los dos saltaron asustados cuando abrieron de repente, un chico despeinado, de hombros anchos y gran altura los recibió. JungKook sonrió viendo quien era, pero el menor lo miró confundido.

–Hola a la nueva pareja, pasen por favor –el chico les dejó espacio para pasar y JungKook avanzó sin dudar.

–Hola a ti también Jin –JungKook le sonrió.

Kim SeokJin, el probable candidato a beta de la manada, les pidió que pasaran. Aún tenía que probar que era digno del puesto.

– ¡Cachorros! –/dijo JiMin de la nada, saltó en la espalda de JungKook pero no bajó.

–Si, ellos están merendando –Jin hizo una mueca– son muy hiperactivos, no se han portado mal, pero cuesta controlarlos.

–Bebés... –dijo JiMin de nuevo, JungKook asumió que llamaba a los niños.

–Si, sabemos cómo son –JungKook trató que poner bien a JiMin para que no cayera– esperamos que no les hayan dado problemas.

–No, Alfa y yo estuvimos bastante bien –Jin se acercó a el chico más joven– hola JiMin, es la primera vez que nos vemos.

–Bebés –repitió JiMin viendo a SeokJin. Incluso lo dijo lentamente, como si el beta no comprendiera lo que decía.

–Ah, cierto –Jin miró alrededor– deben estar afuera con NamJoon.

–Jungoo, vamos –JiMin bajó y tiró de la mano de su compañero.

–Si, si –el lobo mayor fue detrás obedientemente.

Jin reía detrás, era raro ver al hombre siendo controlado por una cosa tan chiquita como lo era JiMin. El lobo era uno de los más fuertes y la manada lo quería, suponía. Nadie esperaba verlo llegar con un joven fértil y tres cachorros. Todos sacaban teorías sobre qué había pasado. Alfa NamJoon había dicho un par de cosas, pero no demasiado.

Pasando por las puertas que daban al jardín, se escuchaban risas y gritos. El verde cubría todo el lugar, eso era normal, pero en la casa Alfa, estaban un montón de plantas que no verías en todos lados. La silueta de NamJoon se veía, JiMin lo arrastró más rápido, sabiendo que sus cachorros estarían con él. Sus piernas se enredaban continuamente, aún estaba débil.

Estando más cerca, el joven pudo oír a sus hijos. Se soltó de la mano de su pareja y salió corriendo como pudo. El ruido de sus pisadas llamó la atención de los niños y el alfa, quien les contaba viejas historias de lobos. TaeHyung olfateó a su padre primero, se levantó y fue a verlo sonriendo. Ambos se abrazaron al encontrarse, JiMin terminó en el suelo con su hijo. El lobo dentro de él le dijo que sus cachorros habían estado mucho tiempo sin su presencia, por eso necesitaba su olor. JiMin olió a su hijo, afirmando que su aroma estaba opacado por el de el alfa y el candidato a beta. Así que, sin prisas, juntó sus mejillas y comenzó a dejarle su olor. Que también había cambiado, ahora el de su pareja estaba presente en su cuerpo.

Por sus cachorros| кσσкм¡หWhere stories live. Discover now