Carta 3

127 8 0
                                    

A Gustavo.
Miércoles, 16 de enero de 2019.

El otro día te pedí que dejaras de invitarme a salir, fue una de las últimas veces que te hable. No me acuerdo si fue la semana pasada. Creo que sí. Te dije eso porque sentía que no había forma de decirte las cosas para que entendieras.

No es que no quiero verte, porque sí quiero, pero no sé.

Tengo mucho rencor. Y te lo dije. Te dije que es tanto el rencor que tengo dentro mío que no puedo decirte que sí a cualquier invitación que me hagas por más que me muera por hacerlo, te tengo rencor y no me importa nada más que eso.

Me preguntaste por qué es que sentía tanto rencor y te dije que era por todo. Por Denise, por la foto que me mandaste de vos con ella por despecho en una de las últimas discusiones que tuvimos; tuve un ataque de nervios ese día por esa foto.

Tambien tengo rencor por como pasó todo, por cómo me rechazabas cuando yo quería estar con vos, cuando rechazabas mi cariño o muestras de afecto que, según vos, ahora valorarías más. Yo no necesito que me valores ahora, quería que me valoraras en los dos años que estuvimos juntos.

Sé que me faltaron una banda de cosas por aprender como mujer, compañera o algo de eso, pero nunca dejé de quererte o me aburrí de vos siquiera como te pasó conmigo. Y te perdoné todo siempre, esos mensajes a otras chicas que para vos no eran nada, que no eran infidelidad pero que a mí me dolían mucho. Te perdoné cuando te aburriste de mi y acepte estar con vos devuelta cuando dijiste que ya habías cambiado y que querías intentar otra vez.

Dijiste que te habías enamorado de mí por segunda vez, esa noche cuando estábamos dentro del 307*. Creo que me habías ido a buscar al trabajo y me alcanzaste hasta la esquina de mi casa. Y esa noche, cuando dijiste eso, me abrazaste fuerte y yo te creí.

Me acuerdo de eso y me dan ganas de llorar. Siempre te creía por mas que sabía que mentías.

Elizabeth.

Nota: 307, para quienes no saben, es un modelo de auto: Peugeot 307.

DesintoxicaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora