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—Nada mal para ser la primera vez—

Eso fue lo que escucho, sonriéndole se acercó a los labios rosados del rubio proporcionándole un roce con los suyos.

—Gracias...—Murmuro, dejándose caer a lado de Draco.

Aunque no quisiera dejar ir el momento, sabía que debía preguntar.

—Dijiste que pagaste toda la noche, ¿Cierto?

Esa frase lo saco del momento de placer, agonía e incluso amor que estaba sintiendo por una profunda tristeza.

—Si...

—Entonces, supongo que está bien que te quedes.—Tomando confianza, Draco agarro un brazo poniéndolo en su cintura quedando el en medio del brazo izquierdo y el pecho de Harry.

—Fue increíble...Gracias por aceptarme.

Comúnmente, Malfoy nunca recibía un "Gracias." Es decir, ¿Quien agradecía por haber pagado sexo con el? Este chico era bastante raro.

—¿No hay de que?

Después se dio cuenta de que ya había pasado un poco de tiempo en esa posición por lo que le dio la espalda, no quería seguir en una posición bastante... romántica, daría malas intenciones.

Pero sin duda no se esperaba que el otro lo abrazara por detrás y que sintiera como respiraba cerca del cuello de Malfoy, una parte para él muy sensible.

Intentando quitarlo, se removió un poco, pero Harry lo notó.

—¿Estas bien?

—Si, solo, aléjate un poco.

El rey haciendo caso al rubio, se alejó mirando el techo, apenas había una luz tenue de color rojizo en la habitación, espera, ¿Si quiera era una habitación? Para ser una era muy pequeña.

—¿Está es tu habitación?

Draco en todo el tiempo que había trabajado en ese lugar, jamás trajo a alguien en su camerino, es decir, si había tenido sexo con algunos de sus clientes pero existían habitaciones especiales para ellos, si, esta tenía una cama pero no era para eso, a veces, solía dormir ahí por las sesiones de sexo.

—En realidad, no.

Más no quería seguir hablando de eso por lo que cerró los ojos fuertemente e intento dormir, sin embargo, el otro tenía muchísimas preguntas.

—Oye... oye...

El rubio estaba siendo torturado por un Harry muy curioso.

Frunció el ceño y dejó de apretar la almohada que abrazaba para voltearlo a ver.—¿¡Qué quieres!?

La voz de Draco se encontraba bastante ronca gracias a la acción que acababa de cometer con Harry, era algo normal tenerla así después de haber estado gimiendo.

Potter se estremeció y comenzó a reír por el esfuerzo que estaba haciendo el ajeno por no dormirse.—Lo siento yo...tengo muchas preguntas que hacerte.

¿Como podía decirle que se largará y lo dejará en paz si le había pagado toda la noche e incluso un poco del día?

Dando un suspiro y agarrando toda la paciencia que no tenía se acomodo cruzándose de brazos mirando lo que sea que no fueran los ojos verdes del contrario.

—Bien, pregunta.

—¿Como te llamas?

—No puedo decírtelo.

—¿Por que siempre llevas un antifaz? ¿No te lo puedes quitar incluso si vas a dormir?

—Por mi seguridad, regularmente no duermo con mis clientes, eres una de esas excepciones que debo tolerar pero no puedo deshacerme de este antifaz.

—¿Como es que no se te cae?

—¿Realmente te interesa? Agh...—Rodando los ojos se estiró un poco del lado derecho para que el pelinegro viera.—Está pegada, solemos ponerle un tipo de adhesivo para que no se separe de mi cara tan fácilmente.

—Pero el sudor podría quitártelo, ¿No?

—Si, por eso también tengo un pequeño lazo que lo mantiene firme.—Señala la cinta que rodeaba su cabeza, era de un color negro.

—¿Por que trabajas aquí?...

—¿Por que normalmente alguien trabaja?

—¿Dinero?

—Exacto, ¿Es tan difícil conocer la respuesta?

—¿Cuanto llevas aquí?

—¡No debo darte tanta información!

—Puedes confiar en mi...

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Disculpen las faltas de ortografía, espero les guste y haya aclarado algunas dudas en este capítulo.

Killer QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora