Capítulo 4

364 16 0
                                    


Estaba en el tercer piso del instituto en la clase de Química, que por cierto ya  había terminado hace treinta minutos, pero yo seguía ahí tratando de entender qué demonios era un número atómico, agarré mi móvil y al ver la hora guardé mis cosas con prisa. No podía ser que estaba llegando tarde a mi castigo. Bajé corriendo las escaleras tratando de no caerme. ¿Por qué mierda si pagábamos tanto para estudiar aquí no ponían unos malditos ascensores? Cuando estaba en el último escalón de la planta baja me patiné y terminé sentada en el suelo,cerré los ojos suspirando tratando de tranquilizarme y escuché una carcajada muy familiar detrás de mí. Si había algo que me fascinaba era como le quedaban esos pantalones negros bien apretados al cuerpo, le estilizaban las piernas y hacían que él se viera más alto de que lo era, levanté mi vista y lo miré desde abajo, él extendió su mano hacia mí y yo la tomé para levantarme del suelo sacudiendo mi pantalón. 

—¿Llegando tarde, Vogler?

—Tú también por lo visto. —le dije comenzando a caminar con el rubio a mi lado.

—A mí no me interesa la buena reputación aquí. No la necesito. —prendió un cigarrillo y fruncí el ceño mirándolo.

—¿Porqué no te interesa fumar aquí dentro? ¿No temes a la expulsión?

—Scheider es el esposo de mi madre, debe ser muy cortés conmigo. —sonrió victorioso de algo, y yo abrí mis ojos sorprendida. No me lo podía creer. Tiró casi la mitad del cigarrillo al cesto y me guiñó un ojo.

Llegamos a la biblioteca y el director Scheider nos estaba esperando con los brazos cruzados y no tenía buena cara. Nos regañó por haber llegado casi cuarenta minutos tarde, mi reputación de notas buenas y buen comportamiento había terminado. Haciendo un paréntesis de mis llegadas tarde con el profesor Lombard, todo iba genial. 

—Quiero que ordenen todos los libros alfabéticamente, y todo el lugar brillante.—sonrió falsamente y Luke reboleó los ojos. —Tu madre sabe de esto Reinhard,esta noche tendremos una cena todos para hablar de tu comportamiento.

—Dea cuerdo Scheider, si quieren perder el tiempo. —levantó los hombros e hizo una mueca.

—Gia cree que tienes aún una oportunidad de encajar en este mundo, —hizo un gesto mirándolo con desprecio. —mientras que yo trato de hacerle entender que alguien como tú ya no tiene ni siquiera esperanzas.

—No me interesa tu mundo de mierda, Henry. —Scheider lo miró por última vez y se retiró de allí. Luke se puso tenso, lo noté porque no hacía contacto conmigo desde que  el director se fue. Él acomodaba de la A la N, mientras que yo de O a la Z, el silencio era muy incómodo, y nunca desde que lo conocí me había sentido con esa sensación. Relamí mis labios y los mordí.

—¿Quiénes Gia? —Luke me miró por el espacio vacío del estante y sonrío a penas.

—Es mi madre. Sinceramente no puedo creer que se haya enamorado de ese tipo. 

—No puedo creerlo. ¿Y por qué en vez de desafiarlo no tratas de hacer las cosas bien?

—Llegaste demasiado lejos, Vogler. No te metas en mis asuntos.

Reboleé los ojos y puse el libro que faltaba en el estante tapando su cara. Miré la hora del reloj que estaba colgado en la pared e hice una mueca. El partido ya había empezado y sé que luego de este iba a tener problemas, porque ninguno delos chicos sabía que me habían castigado, no podía contarles el porqué, y si inventaba algo sería difícil de creer ya que mi reputación aquí era demasiado buena como para tener un castigo. El timbre sonó y por los pasillos se podía escuchar los gritos y la música en el gimnasio que por cierto estaba bastante cerca de la biblioteca. Suspiré, ¿quién mierda me mandaba a perseguir a este estúpido chico problemático? Eso me pasa por curiosa, por metida, vaya uno a saber por qué me interesaba tanto, pero tenía un algo que quería estar con él todo tiempo. ¿Será su maldita manera de ser misterioso? ¿Será su aroma a tabaco? ¿O la manera que tenía de ignorarme de un momento a otro? Subí la pequeña escalera blanca, me tambaleé y no quería pensar que podía caerme de ahí porque sería peor y terminaría cayéndome, coloqué los libros en el estante y nuevamente se me tambaleó la escalera. Esta vez se me hizo imposible mantener el equilibrio, ¡Mía al suelo! Pero no fue así, caí en los brazos de Luke, de quien me quedé mirando sus ojos los cuales estaban azul claro, parecían grises,era una mezcla de ambos colores y estaba fascinada. Me bajó al suelo pero no me soltó, nuestros cuerpos estaban pegados el uno al otro, mi corazón estaba latiendo fuerte y lo único en lo que podía pensar era en la cercanía en la que nos encontrábamos, él también miraba fijamente mis ojos se acercó un poco más a mí, y ahora podía sentir su respiración más cerca, entreabrió sus labios, los relamió y yo caí en la cuenta de lo que estaba pensando—y admito que yo también lo estaba haciendo, mierda, quería besarlo.—me separé de él y soltó un suspiró y negó con la cabeza varias veces.

I M A G I N E [LIBRO 1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora