Capitulo 30: No confíes en nadie.

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La mansión era un desastre. Charlotte caminó entre todas esas personas que daban vueltas y vueltas en busca de algo que pudiese guiarlos. Ella buscaba a una sola persona. Frankie. Él tenía la información que necesitaba, que estaba desesperada por conocer.

Pero el mayor de los Ballas no aparecía por ningún lado. Por otro lado, vio a su padre sentado solo en uno de los sofás en el medio del living. Parecía agotado, con la cabeza echada hacia atrás y los ojos cerrados.

Dejando atrás todo lo demás, se acercó a él con un paso lento y vacilante. Si había malas noticias, no estaba segura de querer conocerlas.

–¿Papá?

El rey levantó la cabeza e hizo una mueca que había pretendido ser una sonrisa. Estiró el brazo hacia ella y le tomó una mano.

–Ah, Charlie, ven aquí amor. Ven con papá, dame un abrazo.

Charlotte se sentó a su lado y se dejó llevar junto a él quedándose apoyada en su pecho. Alioth no decía nada, pero no iba a atosigarlo con preguntas, no después de ver el estado de ánimo que tenía, las marcas de preocupación en su rostro y de cansancio por haber pasado toda la noche envuelto en esa locura.

–¿Ahora ves por qué te cuido tanto? –Lo oyó susurrarle–. ¿Por qué no me son suficientes todas las personas que pongo para protegerte? Si algo así te pasara cariño…

–Pero yo estoy bien, papá. No te preocupes más de lo necesario.

–Es que no puedo dejar de pensar en eso. Kassie es para William lo que tú eres para mí. –Ella se levantó para poder verlo a los ojos y  buscar el significado de esas palabras–. Mi bebé –dijo a modo de explicación acariciándole la mejilla.

–Pero Kassie es la menor, yo no lo soy –musitó confundida enderezándose nuevamente.

–Bueno, para mí lo eres. Aunque ya no me pidas que te acompañe a recolectar flores todas las mañanas para hacer montones de coronas. Y esas personas tienen que saberlo, ya te han atacado antes, Frankie parece estar seguro que él ataque de Nina era para ti. Y ahora esto… Hemos tenido que llamar a un médico para que le dé un sedante a tu tía y William ya no sabe qué hacer.

–Ellos tienen que llamar, ¿no? Tienen que pedir un rescate y se lo daremos.

–No es tan fácil, Charlie. No es un simple secuestro, violar la seguridad de este lugar es una ardua tarea y ellos lo lograron.

La joven se acercó más a él y habló con voz baja. –¿Y si tienen a alguien trabajando desde adentro? ¿Nadie ha pensado en eso? ¿Cómo sabemos que no tenemos a alguien aquí que los esté informando? Que esté manejando la evidencia.

Alioth percibió el miedo en los ojos y la voz de su hija. Ella no lo reconocería con facilidad, pero él podía sentirlo. La abrazó y besó en la frente antes de volver a hablar, justo en el momento que vio entrar a la sala al señor Nash. Lo había elegido para que ocupase un puesto como su propio custodio, Maximillian era joven, pero la trayectoria de su familia y su propio desenvolvimiento lo convertían en una persona confiable.

–Charlie, mientras todo esto dure, he decidido hacer un par de cambios. Para empezar, por lo menos tú, vas a tener los tutores en casa como al igual que Nolan. Enviarte al colegio no solo te pone en más peligro, sino que también al resto de los alumnos. Lo lamento mucho, pero es lo más racional.

Bésame o Dispara. #Descontrol en la Realeza 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora