Promételo

Si Uchiha Sasuke...

Si Uchiha Sasuke hubiera sabido que Naruto sería tan débil, tan poco él cuando Yume murió tal vez le hubiera dicho.

Tal vez.

Si Uchiha Sasuke hubiera sabido que Boruto terminó siendo la reencarnación de Yume porque ella lo quiso así, tal vez le hubiera dicho.

Tal vez.

Si Uchiha Sasuke hubiera sabido que su hija también habría terminado por caer en la maldición que los atormenta a todos tal vez le hubiera dicho.

Tal vez.

Después de todo Uchiha Sasuke era alguien egoísta y poco sociable. Aprecia a las personas que lo apoyaron en sus momentos más difíciles y nunca lo abandonaron, mientras que el resto no le importaba nada. Sin embargo, también quiso seguir el camino que siguió su hermano mayor.

Ese camino tan desinteresado y poco habitual que terminó con su vida, para poder ser entregada a todas las personas del mundo. Ese sacrificio inútil y que nadie recuerda, nadie sabe y nadie nunca pidió que hiciera.

Igual que Yume.

Si Uchiha Sasuke hubiera sabido que terminaría tan Terriblemente enamorado de Yume cuando eran pequeños la habría despreciado como una niña sin sentidos ni razón desde la primera vez que la vio.

Si Uchiha Sasuke hubiera sabido que Yume se sacrificaría cuando descubrió que la amaba la habría agarrado del brazo y le habría gritado lo estúpida que estaba siendo, que dejara de jugar a los ninjas y que se apartara del camino porque ella era una inútil.

Y tal vez le habría dicho la verdad a Naruto.

Pero Uchiha Sasuke era egoísta, y eso nadie se lo quitaba. Se quedó con esas verdad muy escondida dentro suyo, como el último recuerdo, últimas palabras, últimos ánimos y último amor profesado hacia él que ella le dió.

Eso era lo último que ella le había dejado al mundo.

Y Uchiha Sasuke, como la persona egoísta que es, se quedó con ese recuerdo para él solo, sin mostrarlo a nadie y guardarlo siempre en su corazón.

Porque era de él, y de nadie.

Porque era egoísta, y no le iba a decir nada.

Tal vez.

.

.

.

Cuando el equipo Konohamaru llegó a la mansión Hyuga descubrió a Himawari justo en las puerta, a punto de salir. Al verlos abrió grande la boca y los ojos con una bastante sorpresa, luego miró para ambos lados y los arrastró a los tres en extremo silencio hacia un patio desolado.

Los hizo entrar a una habitación sin ninguna explicación y cerró la puerta apenas vio que todos guardaron silencio.

Los tres adolescentes solo pudieron sentarse en el suelo sin saber que hacer, o a dónde ir ahora que los había dejado de lado. Boruto propuso salir a revisar los alrededores, Sarada contraatacó que si Himawari quisiera que supieran que estaban ahí ya los habría llevado con su abuelo, pero no era así.

Dijo que ya que Himawari no quería que nadie supiera sobre ellos entonces era mejor esperar, lo cual a Boruto le cayó un poco mal.

Nunca en su vida había tenido que seguir las reglas de su hermana. No, más bien, desde que él tiene memoria cualquier cosa que su hermana dijera él lo haría al revés, o haría cualquier cosa para fastidiarla. El tener que seguir sus reglas, aunque sea por ahora, no le agradaba nada.

Era una suerte que se había terminado de relajar y aceptar todo durante el viaje de Sunagakure a Konohagakure para poder tener los nervios bajos y sus pensamientos claros.