29.Dos chicos

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(Dafne)

Se estiró hacia atrás y se apoyó en una de las máquinas mientras Annalise descargaba su ira jugando a "Dale al topo".

―¿Qué te hizo hoy Matt?―preguntó con curiosidad al escuchar el enésimo taco contra el rubio.

― Obligó a Kyle a tener una charla de hombre a hombre y desde entonces no me toca.―se quejó Ann molesta pegándole una patada a la máquina cuando el juego terminó.―Quiero a Matt, pero hay días que lo mataría.

―Ya sabes que mi pala siempre estará a tu disposición.―contestó con una reverencia haciendo sonreír a Ann.

―¿A quién planeáis matar?―preguntó Ren acercándose a ella con el ceño fruncido.

―Si te lo dijéramos, tendríamos que matarte.―aseguró Ann con una sonrisa traviesa antes de guiñarle el ojo y marcharse a la máquina dónde Kyle jugaba a matar marcianitos.

Siguió con la mirada a Ann y rió al ver cómo Kyle se ponía tenso cuando Ann se acercaba demasiado a él. Definitivamente tenía que preguntarle a Matt que le había dicho en su charla.

―¿Y a que quieres jugar? ―curioseó Ren captando su atención.

Últimamente ellos pasaban mucho tiempo juntos por culpa de Ann, su mejor amiga estaba empeñada en emparejarlos y por eso no perdía el tiempo en inventarse cualquier excusa para quedar los cuatro. Algo a lo que obviamente Ren no se oponía.

¿Y ella? Bueno, odiaba que trataran de emparejarla con alguien pero tenía que admitir que Ren le gustaba, el problema era que también estaba Damián por ahí con sus gritos y protestas haciéndola sentir cada vez más confusa.

―¿Hockey de mesa?―preguntó señalando al fondo dónde estaban las mesas de billar y los futbolines.

―De acuerdo, pero no seas muy dura conmigo.―respondió Ren guiñándole el ojo y extendiendo la mano para que ella pasara primero.―¿El ganador invita al perdedor?

―Oye, oye... ahora en serio, ¿es que en tu casa no te alimentan?―indagó con diversión mientras caminaba hacia la mesa, Ren se encogió de hombros y la siguió.

―¿Quién dice que voy a perder?―Ren enarcó una ceja y se colocó al otro lado de la mesa, ella cruzó los brazos sobre su pecho.

―Luego no digas que no te avise.―aseguró con fiereza tomando posición, Ren le sonrió e introdujo la moneda.

Seis partidas más tarde miraba a Ren con una sonrisa de triunfo mientras el japonés examinaba la mesa de juegos en busca de una explicación.

―Oye, oye... te dije que ibas a perder.―recordó con diversión

―Supuse que sería una partida o dos, como mucho tres pero no seis.―protestó el japonés colocándose las gafas antes de estirarse y mirarla, ella lo miró con burla y Ren suspiró con cansancio.―Quiero una hamburguesa, patatas fritas, un batido y puede que dos porciones de tarta.

―Si lo llego a saber me dejo ganar.―murmuró cruzándose de brazos mientras Ren reía en voz baja antes de colocarle la mano en la espalda y obligarla a caminar hacia la cafetería que estaba enfrente dónde Kyle y Ann ya comían. ―¿Por qué siempre acabo invitándote a comer?

―Porque tienes que recompensarme por dejarte jugar con los semáforos, algo que por cierto no voy a volver a dejarte hacer nunca.―indicó Ren tomando asiento frente a Kyle, ella se sentó a su lado no sin antes fulminarlo con la mirada.

―¿Por qué?

―Provocaste un accidente.

―Ya llaman accidente a cualquier choquecito de nada.

Cállate y Bésame (TQST Libro #2)© [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora