La Vida de Quique

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Así crecieron estos sapitos en su estanque, Quique se convirtió en un sapo muy hábil y conoció a Marita una sapita del rió, su madre creía que Marita era una plebeya, pero como no apreciaba a su hijo Quique no le importó que se casara con ella.

Rosita por su lado había conocido al Chato un sapo de las afueras del estanque, Chato era muy presumido y sufría de megalomanía; siempre decía que había crecido en la abundancia pero no cumplía traer alimento para Rosita y su pequeña renacuajo Mayte

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Rosita por su lado había conocido al Chato un sapo de las afueras del estanque, Chato era muy presumido y sufría de megalomanía; siempre decía que había crecido en la abundancia pero no cumplía traer alimento para Rosita y su pequeña renacuajo Mayte.

El tiempo pasaba, y la ausencia de Quique se hizo notar pues Rosita debía cuidar a su renacuajo y Olguina era la única que llevaba alimento a casa, cuidando eso sí que Zarapito el sapo príncipe no se afligiera por nada.

Zarapito había crecido y no era el sapo que Olguina presumía, se había convertido en un sapo gordo y desobligado, descuidado de su aseo personal y grotesco al hablar, claro no había querido ir a la escuela pues decía que él era un príncipe.

Zarapito había crecido y no era el sapo que Olguina presumía, se había convertido en un sapo gordo y desobligado, descuidado de su aseo personal y grotesco al hablar, claro no había querido ir a la escuela pues decía que él era un príncipe

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