OCD.
Desorden obsesivo compulsivo.
Justin Bieber no se parecía en nada a un estudiante ordinario. Tenía OCD; un desorden que le da a una persona obsesiones y compulsividad. Justin estaba muy lejos de la palabra "normal". Es un caso perdido y no enca...
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Millicent
— ¿Se supone que ese pez tiene que ser tan grande? — le pregunté a Frank señalando el estanque. El vino hacia mí con una cerveza en la mano. — No estoy seguro. Quizás ha estado más tiempo aquí que los otros. — Sugirió. El pez era tan grande como mi puño, era de color naranja brillante y blanco y estaban todos nadando juntos hacia un mismo lado.
Hoy era mi primer día en la nueva casa y mamá había hecho un desayuno enorme, Frank por otro lado puso música de los 80 y 90. Me recosté en la silla y me giré hacia el porche. Mi madre estaba sentada con las piernas cruzadas y leyendo una revista relacionada con jardines. Me encaminé hacia ella y me senté a su lado. Suspiré antes de hablar. — Gracias por abandonarme la otra noche. — Le dije. Mi madre negó con la cabeza y me miro. — No te abandoné, Millicent. ¿Acaso te importa si hablo con otra gente aparte de Frank y tú? — Rodó sus ojos. Coloqué mi pelo hacia un lado y fruncí el ceño. — ¿Y quienes son? — Pregunté. Mi madre sonrío y se giró completamente hacia mi, parecía una estudiante.
— Son Pattie Mallette y su hijo Justin. Viven al otro lado de la calle y los he invitado a comer. — dijo. Mamá enrollo su cabello con sus manos. Siempre lo hace cuando está feliz.
— Bien. — Susurré, restándole importancia. Ella también lo hizo cuando me hice amiga de Lillian y Connie. — Espero que el chico no sea tan extraño como el que vive al otro lado de la calle. — Susurré y mi madre abrió los ojos. — ¡Kennedy Blu no es raro! ¡Solo tiene gustos diferentes a los tuyos! — Rodé los ojos. — Oh por favor, ¿colección de insectos? ¿De verdad? — Me burlé. Observé a Frank tirar el resto de su cerveza el césped. Se levantó de la silla y se estiró. — ¿No estás contenta de conocer gente nueva Milli? — Preguntó. Suspiré. — No me importa, solo quiero volver a casa. — Mamá puso su mano en mi muslo. — Cariño, este es tu hogar ahora. — Me estremecí y me levanté.
Abrí la puerta de la entrada y la golpee fuerte al cerrarla. Subí las escaleras echa una furia y me tiré en la cama. Mamá no me dijo porque nos habíamos mudado solo me contó que nos mudaríamos tres días antes. Cuando me lo contó, me sentí tan mal... recuerdo haber hecho una pequeña maleta y haber ido a casa de Lillian antes de que mamá me sacara de su casa. Sentí como hasta mi propia madre me traicionaba. Desde que esta con Frank, se han unido contra mi para todo. Es como si compartieran un cerebro y una mente. No tiene sentido.