CAPITULO 18

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Habían pasado pasado algunas semanas de lo ocurrido, durante esas semanas tanto Julian como Gabriel no se despegaban de Renato, el primero porque era el novio del chico y había estado muy preocupado esas horas que estuvo desaparecido y el segundo con la excusa de protegerlo de cualquier cosa no se despegaba un minuto del castaño. Los chicos estuvieron pendientes de Ángela durante la Luna Llena, pero esta no se vio afectada ni se transformó, llegaron a la conclusión de que no era una Mujer Lobo y que podría ser inmune a la mordida; lo consultaron con Pablo, quien durante esos días se mantenía oculto para no levantar sospechas, el hombre les había dicho que con la mordida había dos posibilidades o te conviertes en hombre lobo o te mueres; Angela era una excepción muy rara, durante esas semanas estuvieron investigando pero todavía no han llegado a una respuesta. Minerva por su parte tenía prohibido acercarse a los chicos y también había aumentado sus horas de entrenamiento, todo esto decidido por el líder de los cazadores, quien también era su abuelo.

Renato ya estaba harto de sus dos acompañantes, sentía que lo estaban asfixiando, si tan solo supiera cómo controlar el poder que uso hace unas semanas juraría que carbonizaria tanto a Gabi como a Juli, estas semanas estuvo sumergidos entre cientos de libros sobrenaturales buscando alguna criatura que concuerde con sus poderes, lo más parecido que encontró fue un Sabueso del Infierno, pero la descripcion decia que sus ojos eran naranjas y según sus amigos los ojos de Renato eran morados con un centro rojizo. También intentó utilizar los poderes pero no sabia como, es como si no hubiera sido él, el que manejaba su cuerpo en esos momentos aunque él recordaba todo a la perfección; lo que no recordaba era como se liberó de las cadenas que lo sujetaban a la pared, solo recuerda haberse levantado en el suelo ya liberado y las cadenas intactas, como si las hubiera atravesado, tampoco recordaba haberse quedado dormido. Ahora Renato estaba sentado en el inodoro usando el celular, tratando de buscar más información en internet sin muchos resultados exitosos, le había dicho a Gabi y Juli que haría lo segundo para que no lo molestaran y pudiera tener unos minutos de paz completamente solo. Todo estaba en paz hasta que alguien golpea la puerta y Tato ya sabía de quién se trataba.

-Chiquito... ¿está todo bien?- preguntaba Gabi detrás de la puerta.

-Si Gabi. Enseguida salgo.- dijo mientras pulsa el botón del inodoro. Luego sale por la puerta. -Ni 10 minutos puedo estar solo- decia mientras rodaba los ojos. Gabi se toma de la nuca.

-Perdon, es que...-

-Si ya se, te preocupas, bla bla bla. Gabi ya termino todo, Nicolás está muerto; ya no hay ninguna amenaza, podemos continuar con nuestras vidas normales.

-Pero... nosotros no somos "normales", por lo menos ante la definición de normalidad.

-Tenemos que tratar de seguir con nuestras vidas, vos tenes una novia Gabi, ¿hace cuanto no la ves?-

-Ya no se si seguimos siendo novios. No contesta mis mensajes, ni mis llamadas, ni siquiera nos dirige la palabra en el colegio. ¿Habre echo algo mal?- decía el chico de rulos con un semblante algo triste. Renato se sentía triste por su amigo, él conocía las razones de Minerva, ella le había escrito un mensaje contándole su situación, que lo mantendrá al tanto si algo pasa, y que por favor no le dijera nada a los demás, para que tanto su abuelo como su padre no sospechen de su lealtad, ya que las cosas se habían vuelto tensas luego de la muerte de Carla.

-Ya se va a aclarar todo Gabi, tiempo al tiempo.-

-¿Porque siento que vos sabes algo que yo no?-

-Son ideas tuyas. Sino usa tu oído y fijate si miento- Renato se tenso un poco, era bueno mintiendo pero no sabía si tanto. Gabi se concentró para poder oír.

-Mmm, nada. No estas mintiendo-

-Bueno. Vamos que Juli nos debe estar esperando- los chicos bajan por la escalera y al llegar al final de esta, estaba Julián quien estaba a punto de subir.

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