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—¿Mamá?.—Jungkook se asomó a la cocina, donde su madre parecía estar preparando café.

—¿Que quieres?.—su madre gruñó, sin girarse a verlo siquiera.

—Mhh.—Jungkook terminó por entrar en la cocina con lentos pasos—.Voy a salir.—murmuró—.¿Necesitas que compre algo?.

Esta vez la mujer se giró a verlo, su ceño fruncido, mirándolo fijamente, como si tratara de encontrar algo en él.

—No.—dijo simplemente, para volver a su labor.

—Está bien.—asintió, dando lentos pasos hacia atrás, para salir de la cocina—.Entonces yo saldré.

Cuando su madre no dijo nada, y tampoco pareció tener intención de decir algo, Jungkook se giró por completo y salió de la cocina caminando hacia la salida de su casa.

Ese día hacía bastante fresco, a pesar de que el sol destellaba con sus rayos de sol, él viento soplada dando una ligera brisa fresca. Por ello Jungkook se había colocado un enorme hoodie negro y un beanie azul blanco, sin dejar de lado sus timberland, perfectos para la ocasión.

Caminó con pasos lentos y dando un salto de vez en cuando, tarareando y removiéndose como un perro sacudiéndose el agua cuando alguna fuerte brisa golpeaba contra su cuerpo. Pero la sonrisa deslumbrante en su rostro no se borraba, había estado hablando con Jimin incluso cuando este se había ido de casa él día anterior, y le había invitado a la tienda de batidos a pasar un tiempo con él, y el menor no dudó en aceptar.

Enseguida notó el bonito local y apresuró su paso, sonriendo ante el sonido de la campana, y sonrió aún más al distinguir a la madre de Jimin en el mostrador, quien atendía a una chica, dándole un batido de color verde, probablemente de menta. Cuando la chica pagó y se despidio de la mujer con una sonrisa para dirigirse a una mesa con más gente, Jungkook se acercó a ella.

—Hola, Señora linda.—Jungkook agitó su mano hacia ella.

—Hola, chico lindo.—la mujer le sonrió—.¿Qie te trae por aquí?.

Jungkook rió—.Jimin Hyung me invitó.

—Oh.—la mujer miró detrás de él, para luego sonreírle—.Ahí te está esperando—.señaló una mesa algo lejana—.Ya me preguntaba que hacía Jimin ahí sentado solo y con un batido de leche de fresa.—murmuró la mujer.

—Oh, Hyung.—Jungkook saltó, mirando hacia el mencionado—.Iré con el.—lo señaló—.Hasta ahora, Señora linda.

—Hasta ahora.—la mujer le guiñó un ojo.

Jungkook caminó hacia Jimin quien no parecía haber notado su presencia ya que estaba viendo algo en su móvil, sin saber que ocurría. Cuando estuvo a una corta distancia de él, Jungkook dio unos silenciosos paso para colocarse a su espalda, y así tomar a este por sorpresa al cubrirle los ojos con sus manos.

Jimin se sorprendió, casi tirando él móvil de sus manos al notar como alguien cubría sus ojos, al principio pensó que había sido su madre, pero enseguida descartó aquella idea. Al tener una ligera impresión de quien podría ser, Jimin no se lo pensó dos veces cuando, con rapidez, tiró de ambas manos, girándolo por un lado de su cuerpo y enseguida tenerlo tumbado sobre su regazo. Él chillido que soltó él castaño provocó en Jimin una fuerte carcajada, y cuando miró a su regazo vio los ojos oscuros y enormes mirarlo con sorpresa.

—Hyung.—Jungkook murmuró.

—¿Me querías sorprender?.—alzó una ceja el rubio.

Jungkook asintió, parpadeando un par de veces seguidas.

Strawberry Milk.  ❤Jikook❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora