21.

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Mark despertó sintiendo su cuerpo acalambrado. Abrió lentamente los ojos para encontrarse con el impecable techo de la habitación y sintió cómo el olor a desinfectante se colaba por su nariz. Al girar levemente el rostro, lo supo: Estaba en un hospital.

— Gracias. — Escuchó la voz de un muchacho a su lado. Al voltear levemente el rostro para ver de quién se trataba, su corazón dio un vuelco al ver a Donghyuck en una silla junto a él. — Lo siento. — Continuó, poniéndose de pie. — Y jamás vuelvas a tocar a mi hermana. — Finalizo, saliendo de la habitación sin esperar una respuesta.

Una vez que Donghyuck saliese de la habitación, Jaemin entró en la misma antes de que la puerta se cerrase.

— ¿Cómo estás? — Le preguntó a su mejor amigo. Mark lo miró serio.

— Bien. — Respondió. — ¿Ese era Donghyuck?

— Sí. — Confirmó Jaemin, entornando la mirada.

— ¿Por qué se ha disculpado, me ha agradecido, y luego advertido que no toque otra vez a su hermana? — Preguntó Mark sin comprender, pasándose una mano por el rostro.

Fue entonces cuando notó que tenía un pequeño tubo entrando en su mano: Le habían administrado un suero.

— Te ha agradecido por salvar a Dongsook, se ha disculpado por molerte a golpes, y te ha advertido que no te acerques a ella porque... — Hizo una pausa. — ¿No recuerdas nada?

Mark miró hacia el techo, intentando hacer memoria.

Finalmente, recordó:

En cuanto su mano tocó el abdomen de Dongsook y ésta no lo mandó a volar de un golpe, Mark lo supo sin necedidad de nada más: Era ella, no Donghyuck. Pero también, en el momento en que lo supo, la puerta detrás de él se abrió de par en par. Debido al sobresalto, Mark no logró quitar su mano del cuerpo de Dongsook.

Donghyuck al observar la escena mal interpretó todo, corriendo hacia Mark y asestándole un puñetazo en la mandíbula, desestabilizándolo y haciéndolo caer de la silla. Enseguida trepó sobre Mark y lo tomó por el cuello de la camiseta para asestarle otro golpe, y otro, y otro.

Donghyuck no se estaba conteniendo; después de todo, llevaba dos semanas queriendo magullarle el rostro con sus propias manos.

— ¡Basta, Donghyuck! — Gritó Jaemin. Sin embargo Donghyuck no se detuvo hasta que él le aplicase una especie de llave, pasando sus brazos por las axilas de Donghyuck y luego entrelazando sus dedos en la nuca, imposibilitándole cualquier movimiento. — ¡Basta, hombre, que él la ha salvado a Dongsook!

— ¡Suéltame Jaemin! — Ordenó Donghyuck, siendo ignorado por Jaemin. — ¡Voy a asesinar a este maldito imbécil! — Exclamó, cegado por la rabia y la ira.

— ¡No, Donghyuck! — Sollozó Dongsook desde la cama de la enfermería.

En ese instante, al oír la voz de su hermanita, Donghyuck dejó de forcejear. Ahora dirigió su mirada llena de remordimiento y preocupación hacia ella, soltándose de Jaemin de un movimiento brusco y corriendo a su lado.

— ¿Estás bien? ¿No te ha hecho nada? — Donghyuck examinaba con dolor el rostro magullado de su hermana. — Mira lo que te han hecho... — Musitó, rozando con las yemas de sus dedos las heridas de ella.

— Mark no me hizo nada. — Susurró Dongsook. — Él y Jaemin me han salvado. — Le hizo saber, tomando la mano de Donghyuck que acariciaba su rostro entre las suyas. Observó sus nudillos ensangrentados debido a los golpes que él le había dado a Mark, y cerró los ojos con dolor. — No vuelvas a golpearlo así.

GENDER BENDERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora