T W E N T Y F O U R

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Oh please, say to me
You'll let me be your man
And please, say to me
You'll let me hold your hand
Now, let me hold your hand
I want to hold your hand
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¿Quién lo diría? Después de haber hablado con Lorry —que para sorpresa de todos había llegado sin previo aviso— terminaron por planificar algunos otros ensayos o espectáculos con John Reid, quien los apoyaría.

Lo único que no les había terminado de gustar a Roger y Brian fue el poco contacto entre ellos. Casi no hablaron, en verdad. Sucedió que después de tocar Seven Seas Of Rhye Brian volteó a ver a Roger, provocándole un hermoso cosquilleo. Pero no fue más que eso. Probablemente, por el hecho de que no tenían mucho tiempo para hablar y por qué Freddie y John estaban ahí. Claro que estos dos, en especial Freddie, observaban con detenimiento cada acción de los chicos. Notaban que había algo raro, pero Deacy prácticamente le obligó a Fred a no preguntar.

Pero Brian —que era el más confundido de los dos y el más desesperado en esos momentos— no podía dejar las cosas así... no quería.

El sábado, día después de aquella espectacular función en el bar, se decidió por llamar al rubio e invitarlo a hacer algo... lo que sea.

Tomó con temor el teléfono. Temía el rechazo del otro, pues con total razón podría sentirse incómodo.

Tras marcar su número, esperó...

—¿Hola? —se escuchó del otro lado de la línea. No estaba prestando mucha atención, por lo que el sonido lo sobresaltó un poco.
—Eh... Hola, Roger. Soy Brian —hablo, y tragó saliva.
—Oh, Hola Brian —su voz parecía alegre— ¿Cómo estás? —preguntó.
—Yo... Bien, ¿Y tú? — <Qué ridículo> se dijo el rizado.
—Igual... ¿Llamabas por algo? —y ahí comenzó a ponerse nervioso.
—Uh... yo... sí, bueno. Agh... quiero decir que... ya sabes —estaba colorado, y ni siquiera estaba hablándole en persona. El rubio rió del otro lado.
—Creo que te entiendo —su voz, aunque en el teléfono no se escuchase del todo bien, sonaba hermosa. Entre las risas, se notaba feliz. Eso calmó un poco al rizado— No querrás... ¿salir? —se sorprendió bastante. Eso mismo era exactamente lo que quería. ¿Cómo mierda se daba cuenta?
—Exacto. El problema es que no sé a dónde.
El rubio dudó un poco antes de proponerle lo que tenía en
mente— Mira, no sé si es el mejor plan que se me ha ocurrido, pero la última vez hablamos de visitar a mi madre... quizás, podamos verla unos segundos y ya luego... ¿Ir a algún otro lado? No lo sé, lo que sea —Brian sonrió.
—Eso me gusta. Creo que sería una buena idea. ¿Te parece mañana? O... ¿Ya estás ocupado?
—Para nada —claro que lo estaba. Tenía cosas que hacer, pero no le importaban en lo más mínimo si se trataba de Brian— le avisaré a Jude que iremos mañana.
—Bien. ¿A qué hora?
—Cuando quieras. ¿Al mediodía?
—Genial —habló.
—Genial —repitió, y ambos rieron algo nerviosos.
—Bueno... ¿te veo mañana?
—Claro —y el menor ya estaba por terminar la llamada, cuando escuchó la voz del rizado una vez más.
—Aguarda, aguarda —y se colocó el teléfono nuevamente en la oreja— Gracias —dijo, con sinceridad.
—A ti, Brian —y con una sonrisa, ahora sí terminó la llamada.






~





Roger se removió sobre la cama. Sabía que era hora de despertar.

Había olvidado cerrar la cortina —como casi todas las noches— por lo que la luz del sol predominaba en su habitación. Su ropa estaba por todas pagues; suelo, cama y demás.

Bufó, quitando su despeinado cabello de su rostro y abriendo con lentitud los ojos. Parpadeó un par de veces, para acostumbrarse a aquella radiante luz que tanto le molestaba, paga luego sentarse sobre la cama.

Stars [MAYLOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora