El futuro de un ángel.🔥🔥

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La mano le temblaba sobre la perilla de la puerta, se tenso al notar que el volvía a tocar el timbre, - Jean, ¿vas a abrirle o prefieres que lo haga yo?- le preguntó con preocupación Sam, haciendo de tripas corazón la morena tomó una última y profunda inhalación, giró la perilla, abriabriendo la puerta para lurdo quedarse fría ante él padre de su hija.

-hola- dijo titubeante, mientras él la miraba con esos ojos tan apacibles y penetrantes que le desnudaban el alma poniéndola a temblar.

-hola prince... Jean- dijo el enmendando inmediatamente sus palabras al recordar su petición de que no la tratase de forma tan afectuosa por respeto a su mujer. - ¿puedo pasar?- preguntó con una sonrisa que removió algo en el corazón y en otra parte de su anatomía, pues no podía negar que James era un hombre muy guapo, que si solamente no tuviera esposa, no se lo hubiera pensado dos veces para estar con él.

-pasa... disculpa, no esperaba volver a verte, me sorprendió recibir tu presente y saber que estabas aquí- dijo con total sinceridad, pues a pesar de que si sentía algo por él, se había hecho al dolor de no tenerlo cerca, pero el saber que estaba al tanto de su estado y de la presencia de su pequeña le ponía los nervios de punta.

- bueno, he tenido que arreglármelas para saber de ti Jean, pero nunca pensé que no me permitirías saber sobre mi hija.- el tono de voz de James denotaba un leve reproche y lo dolido que estaba por ese punto.

Samantha se sintió incomoda ante la conversación, por lo que se adelanto para acercarse al recién llegado presentándose - Hola mucho gusto, soy Samantha Ramos, mejor amiga de Jean y futura madrina de la princess- dijo con una leve sonrisa, mientras apretaba firmemente la mano del ingeniero y lo miraba a los ojos como advirtiéndole que su amiga no estaba sola.

-¿Como pudo saber que Jean está embarazada?- pregunto implacable una vez que él se hubo presentado también, Sam tenía su lado policíaco activo y no paso por alto que el magnate se tenso al escuchar su pregunta, estrecho la mirada sin perder detalle del individuo.

- Fue solo por casualidad, cuando la llevaban al hospital los paramédicos, su empleado se acerco a ver qué pasaba con ella y me pregunto si le había pasado algo al bebé... enseguida se encendieron alarmas en mi mente, en cuanto pude me acerque al hospital y pedí un información de su estado, solo me lo dieron una vez que me identifique como el padre de su hija- confesó algo avergonzado, pero alzo la mirada hacia Jean, quién lo veía con preocupación- porque yo se que lo soy preciosa... no puedes negármelo... tuve que amenazar a la ginecóloga que te atiende una vez que me enteré quién era, para que me diga como esta nuestra nena y aun que no me gusto nada hacer uso de influencias, logre saber el sexo y el estado de nuestra pequeña, pero Jean ... ¿por qué no me lo dijiste princesa?

La mirada de James estaba cargada de tristeza y Jean no aguanto más nos nervios y se sentó en el sofá llorando desconsoladamente, Sam y el ingeniero corrieron a ella, pero él fue más rápido y logró acercarse, tomando con una de sus manos su mentón, lo elevo suavemente para hacer que sus miradas coincidan.

-No llores amor, se que tenías miedo, que no quieres complicar mi vida, pero tu presencia en ella y ahora la presencia de este pequeño milagro, me da esa razón para vivir que tanto necesitaba- le dijo con ternura mientras con el pulgar acariciaba su labio inferior.

Jean por su parte temblaba entre complacida por su tacto y asustada por el futuro de su pequeña familia, cuando el acarició su mejilla con la palma de su mano, ella se acurruco a su tacto disfrutando el afecto del padre de su hija, recordando su embarazo anterior el cual también había cumplido en total soledad, ahora frente a ella están James con su mirada cristalina llena de amor y deseoso de formar parte de ese embarazo, completamente feliz de saber de su existencia y dispuesto a todo por ellas dos.

Un secreto imperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora