Capítulo 17

178 7 0
                                    


Luego de que Luke me pidiera que lo ayudara a pintar su habitación, fuimos a su casa. Llegamos a un barrio privado, lo que me pareció extraño, hasta que recordé la situación de su madre. Era una mansión inconmensurable, toda blanca, con palmeras a los costados de un camino de piedras redondas de diferentes colores, y un césped verde manzana, cortado prolijamente y buen cuidado decorado por pequeñas flores amarillas.Probablemente era la casa más gigante que haya visto jamás, ni siquiera la delos Salinger se asemejaba a esta y sinceramente no imaginaba a Luke en este mundo del cual él tanto desaprobaba. Me dejó pasar, mis ojos escanearon todo ami alrededor; una sala enorme con sillones blancos, una mesa de café con un florero grande y calas en el medio ella, otra mesa blanca donde se posicionaba un televisor led de unas sesenta pulgas, y no quería exagerar, a un costado había una cocina, también gigante. Era tan enorme que me removí incómoda al sentir el vacío que había en ella. Pasé mis manos por el suéter y mi giré hacia el chico e iba a hablar, pero una voz a lo lejos retumbó en casi toda la casa.

—¿Luke? ¿Eres tú? —indagó una persona de lo que supuse que era la cocina.

—Sí nana, soy yo.

—Oh mi niño especial, te preparé comida por si quiere salgo.

—Estoy bien no se preocupe. —empezaba a sentirme incómoda ante el escaneo que me daba aquella señora, mordí mis labios nerviosa.—Oh nana, ella es Mía.

La señora se presentó ante mí, era la sirvienta de la casa y quién había prácticamente criado a Luke. Sonreí sin despegar mis labios,comencé a cerrar y abrir los ojos intentando desvanecer un poco la vergüenza que sentía en esos momentos. A veces decía cosas sin sentido o mordía mis labios sólo para romper el silencio o dejar de sentirme incómoda, en ocasiones solo lo hacía para hacerme sentir mejor. Cada quién con sus tácticas, ¿verdad?

—¿Vamos?.—preguntó mirándome fijamente. Yo lo miraba también él directamente a los ojos, y en cortos segundos corría cada extremidad de su rostro. Sus muecas faciales trasmitían varías líricas emocionales, Luke era demasiado apuesto y aquello nadie lo podía negar.

Asentí automáticamente. Su forma de hablar tan pausada y sin apuros era relajante. Nos dirigimos al cuarto de estar, me tomó de la mano y comenzamos a subir las escaleras a pasos rápidos, trataba de no tropezar con los escalones mientras era casi arrastrada por Luke. Ahí estamos otra vez,tomados de la mano y corriendo. Se había convertido una costumbre de nosotros.Tenía que ir a su paso con intento de no caer de boca al suelo.

 —Algún día terminaré cayendo contigo derrumbándote. —amenacé una vez que nos detuvimos enfrente de la puerta.

—Como si eso no hubiera pasado antes. —sonrió burlonamente abriendo la puerta.—De todas formas siempre estaré para amortiguar tu caída.

Mordí mi labio inferior y deambulé durante unos segundos, la mirada de Luke me escaneó y acto seguido de eso me hizo un ladeo de cabeza indicando que entrara; con pasos dudosos entré. Mis ojos se abrieron al tope de la impresión, para ser hombre tenía bien acomodada su habitación,paredes eran blancas, una de ellas estaba tapizada con posters de sus bandas favoritas. Su cama tenía una sábana negra, con almohadas blancas, todo allí estaba en orden, como si nadie habitara en la habitación.

—Eres muy ordenado. —murmuré, por un segundo creí que no me había escuchado, pero fue todo lo contrario cuando me respondió.

—Casi nunca estoy aquí. Pero sí, me gusta tener todo en su lugar y nana me ayuda mucho a mantener el orden.

Mis ojos fueron directo al escritorio que había en una de las esquinas, igual como el resto, estaba todo acomodado. Tenía una lámpara con calcomanías de Iron Man. Sonreí con ternura.

I M A G I N E [LIBRO 1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora