Capítulo 18

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Hace días que no veía a Luke, luego de aquel beso el chico se había limitado a ignorarme, de hecho, también yo. Después de eso, él no mencionó nada, el ambiente se puso incómodo y preferí huir a mi casa  sola en el medio de la noche. No asistió los últimos días al instituto y me preocupaba como de igual manera me hacía sentir mal, más si su ausencia tenía que ver con el beso. Y sobre beso. No se lo mencioné a nadie, por dos simples cosas; no tenía a quién, Alexa no era una opción, yo era novia, o casi ex, de su hermano sería demasiado estúpida al contárselo y para ser honesta prefería guardarme aquel evento para mí. Tan solo de recordar aquella escena me daba golpes mentalmente. 

El lugar estaba lleno, solo se esperaba a que el juego comenzara; Nathaniel me había invitado diciéndome que tenía una sorpresa para mí, estaba nerviosa, los gritos de todos los espectadores se hicieron presentes apoyando a cada equipo. Nate había cambiado muchísimo conmigo durante todos estos días, casi estábamos pegados todos los días, en la hora de comer, en los horarios libres y acompañándome en las noches cuando mamá se iba a trabajar hasta tarde, era demasiado tierno después de su gran cambio cuando decidí casi dejarlo. Ahora nos encontrábamos en un stand by; ya no discutía por cualquier cosa, ni insistía en volver como siempre hacía en cuánto tenía oportunidad, y teníamos más conversación, ahora nuestras pláticas fluían con serenidad y confianza, todo estaba bien. O al menos eso queríamos creer.

Sentí como alguien se sentó a mi lado y por puro instinto volteé hacia la persona. Fruncí el ceño al ver al rubio al lado mío con una bandeja de nachos y cheddar. No mencionaba nada, solo estaba allí con su mirada hacia el frente.

—­-¿Qué haces aquí?—él giro su cabeza para mirarme y luego mojó un nacho en el líquido anaranjado.

—¿No puedo venir a ver un partido de hockey tranquilo sin tener que escuchar tus estúpidas preguntas?

Abrí mi boca indignada por lo que había dicho, pero la cerré al instante. Este chico podía ser tan exasperante, tan insípido que de un momento a otro quería golpear su cara.

—Si no querías escuchar mis preguntas podrías haberte sentado en otro lado. ¿No que era una pérdida de tiempo mirar un partido de hockey?

—Cierto. Pero de vez en cuando hay que cambiar de ambiente, aparte me gustaría ver cómo le patean el trasero a tu novio.

—Estoy segura de que van a ganar. —sonreí sarcástica al ojiazul de mi lado y él se quedó callado. Reí por lo bajo al haber ganado la batalla de palabras ante Luke. El partido comenzó y todos empezaron a apoyar a los equipos, me limitaba a tratar de entender en qué consistía cada cosa del juego, a pesar de que desde hace ya un año que vengo asistiendo a estos, seguía sin entender de qué iba, no era algo que se me diera con facilidad, los deportes jamás habían sido mi fuerte. Pasaron los minutos rápidamente y el marcador mostraba que el equipo de Nate ganaba por varios puntos, todos comenzaban a exasperarse, faltaba un tiempo para ver como el instituto se llevaba el premio.

—Vogler—Luke me llamó y dirigí mi mirada hacia él. —Para ser honesto volvería a besarte, ¿Tú volverías a besarme?

Abrí los ojos completamente y sentí mis mejillas arder dejando de poner atención al juego, no podía estar preguntándome esto, estaba desquiciado, ¿cómo se atrevía siquiera? Tragué saliva con dificultad y parpadeé varias veces, sin embargo, él estaba con su postura cómoda hasta que se levantó de las gradas y levantó el mentón a la cancha. Su vista perdió y se movió entre la gente, no quería que se vaya.

—¿Por qué me estás preguntando eso ahora?

—Solo responde. —se encogió de hombros. —¿Qué hay de malo con mi pregunta? ¡Oh ya sé! Temes que Nathaniel lo escuche o le temes al deseo. —susurró lo último acercándose a mí.

I M A G I N E [LIBRO 1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora