The Guardian

Capítulo II

N/A: Quiero dejarles una pequeña nota como escritora. Muchas personas son sensibles hacia ciertos temas así que debo advertir que esta historia tendrá algunas percepciones personales acerca de la muerte, la vida y el dolor. Si sienten que en algún momento, y no me refiero a este capítulo en particular, toca un lado sensible les pido me disculpen. Pero sigan leyendo. Esta historia es muy especial para mí y deseo compartirla con ustedes. Por cierto, muchos capítulos serán narrados del POV de un personaje en particular. Siempre que sea así aparecerá el nombre del personaje al principio.

Por cierto, también tienen el trailer de esta hermosa historia hecho por una talentosa amiga de mucho tiempo, y de muchas historias atrás. CamzdeJauregui es su user en twitter y su nombre Mariela. ¡Gracias por este regalo y muestra de tu talento! Espero que lo disfruten y dejen comentarios lindos para ella aquí.

¡AHORA SI A LEER!

**MARCHETTI'S CLASSICS PLAYLIST: Unchained Melody- The Righteous Brothers

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LAUREN MARCHETTI

Principios de Enero en la ciudad de New York se puede definir en dos palabras: Caos y Frio. Era un caos, porque después de las festividades las personas iniciaban sus nuevos planes y metas de año nuevo. Muchas personas regresaban a sus trabajos después de vacaciones, los niños iniciaban la escuela, y la ciudad volvía a su rutina. Ahora, hablemos de la otra palabra se define por sí sola, porque Enero se consideraba el mes más frio del año.

Al ser un mes tan frio no era extraño ver el mar de personas rodeando la isla de Manhattan con sus grandes abrigos, gorros, bufandas y todo lo necesario para no morir de hipotermia antes de tomar el café de la mañana. Era un día común para tantas personas, pero no para mí.

La sombra del dolor, y la tristeza me carcomían el alma mientras deambulaba por el apartamento sin saber qué hacer, sin saber cómo continuar mientras la triste melodía de Unchained Melody uno de mis clásicos favoritos llenaba el lugar. Una canción que me recordaba a Caleb, el amor de mi vida. Mis ojos se llenan de lágrimas ante la soledad que me embarga ¿Qué será de mi vida?, ¿Cómo continuar cuando el corazón ha sido arrancado de mi pecho? Estoy viviendo en automático.

Al girar mi rostro y ver a mi alrededor solo veo lo que siempre fue; pero que jamás volveré a considerar como mío. Era nuestro. Todo esto era de Caleb y mío. Cada rincón lleva su nombre, cada pared tiene nuestra historia. Cada sofá contiene las risas, los besos, los te amo compartidos en nuestra más intensa entrega y pasión.

Mis dedos hormiguean al pensar en las caricias compartidas, en las noches de risas, en muchas noches haciendo el amor. Todos esos recuerdos han tomado mi vida, y ahora solo puedo continuar basándome en ellos. Solo vivo de recuerdos, y eso no es vida. Cada día que pasa muero un poco más porque no puedo vivir sabiendo que en mis manos está la vida del hombre que me amó con todo su corazón.

Mi familia está preocupada, lo sé. La puerta de mi apartamento suena constantemente, para ver si no he cometido una locura y me he suicidado. Lo he pensado, incluso considerado, desde que Caleb murió; no voy a negarlo.

¿Qué se sentirá morir?

Una simple palabra de cinco letras que puede cambiar la vida de cualquier persona y de todo el mundo a su alrededor. Una palabra que nadie piensa en su día a día e incluso olvidan sin recordar que llega de imprevisto. Nadie la espera, nadie la quiere; pero todos saben que en algún momento llegará. Pero siento que para Caleb llegó muy pronto.

La muerte no nos dio la oportunidad de tener una familia, de cumplir nuestras metas; nuestros sueños. El problema es que él ya no está aquí conmigo, y todos esperan que yo siga viviendo para cumplir todo aquello que deseábamos juntos. Lo único que quiero es desaparecer y buscarlo. Solo quiero abrazarlo y decirle que lo amo viendo sus ojos llenos de amor y pedirle disculpas por provocar su muerte; pero se ha ido. Se ha ido de una forma en que sé que jamás volverá. No hay separación momentánea, no hay una pelea que nos haga ir por caminos separados; pero al final del día volver a unirnos. Lo he perdido para siempre.