❹⓿

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Tenía un boleto para pasar mucho tiempo a solas con Wonho, sin restricciones. Pero no le emocionaba tanto como quisiera después de despertar y recordar lo que había pasado.

Aún así se preparó y se dirigió al lugar indicado para esperar a Wonho, pues al pobre le había tocado ir a dormir en el sofá de Dadom. No sabía si por voluntad propia o porque ya no quería causar más problemas, pero esa acción en vez de aliviarlo, lo hizo sentir más enfadado.

— Cobarde... —susurró al ver a Wonho bajando del auto de su hermana, con la pequeña mochila que llevaba consigo.

Así que sin esperar tanto comenzó a caminar hacia dentro del establecimiento, después de asegurarse de que Wonho lo viera y así después de un momento, el mayor llegó a su lado e ingresaron.

Después de la respectiva identificación ambos se dirigieron rumbo al hotel que tenían que compartir por esa noche y la situación era más que incomoda porque a pesar de estar "compartiendo", ni siquiera se habían dedicado una mirada en todo el rato que llevaban juntos, hasta que Wonho decidió romper un poco la tensión. Claramente a su manera.

— ¿Ya puedo hablarte? —susurró con la mirada clavada en el suelo, como un cachorrito regañado. Hyungwon asintió desinteresado, no porque su enojo hubiera acabado, sino porque estaba aburriendose de tanto silencio, sin embargo Wonho sonrió muy contento, tanto que si hubiera sido un perro, seguramente estuviera moviendo la cola— ¡HyungHyung! —gritó enérgico, asustando al menor— hola...

Sonrió como un bobo viendo por fin la mirada de Hyungwon, pero él después de tranquilizarse volvió a retomar su expresión de molestia.

— Al menos si cumpliste con eso... —gruñó sin mirarlo y Wonho ensanchó su sonrisa, no podía dejar de ver como se formaba un leve puchero gracias al enojo— ¿piensas quedarte allí? —cuestionó arqueado una ceja sin dejar de colocarse otros zapatos— ¿acaso crees que puedes desperdiciar el tiempo en un lugar así?

Wonho negó rápidamente y al ver la vestimenta de Hyungwon decidió buscar en su mochila, algo que se pareciera al atuendo de Hyungwon. Pensó en que si se combinaba con él, quizá le sacaría una sonrisa.

Así que mientras el menor esperaba sentado en la cama viendo su celular, él se cambió con rapidez para poder salir.

— ¡Listo! —dijo emocionado, notando en el espejo como sobresalía la marca de su cuello— es hora de ir a buscar algo para comer.

El delgado asintió despreocupado y salió de la habitación sin decir nada más. Así que Wonho de nuevo lo siguió y comenzaron su caminata a través del enorme establecimiento.

El lugar era increíble, cada atracción era enorme y estaba repleto de personas que parecían más que felices de estar allí. Sin embargo ellos simplemente caminaban uno al lado del otro, como si no se conocieran.

— ¡HyungHyung, mira! —gritó el emocionado Wonho al ver una atracción que le pareció emocionante— tenemos que ir allí.

Por pura costumbre tomó la mano del delgado y comenzó a caminar hacia el lugar, sin embargo Hyungwon se detuvo y lo soltó abruptamente, sorprendiendo al mayor.

— Aquí no tienes que fingir... —susurró aunque esas palabras le dolieran más a él— no es necesario que juegues a ser el buen esposo...

Wonho se detuvo y lo vio con tristeza, entonces metió las manos en sus bolsillos y dejó de insistir.

Ambos siguieron caminando en silencio mientras veían las atracciones de los cuentos de Disney y algunos carteles, entre ellos estaban las figuras de Cars, entonces a Wonho se le ocurrió una idea.

La Visa Nos Unió  Where stories live. Discover now