7. Evillustrator, Parte Tres.

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El mundo se desvaneció

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El mundo se desvaneció.

El cielo se oscureció, el suelo bajo sus pies se convirtió en un gran vacío y Chat Noir se sintió inundado de pánico y horror. Solo dos cosas quedaban en su mente:

Marinette se había caído. Y él seguía atrapado.

El tiempo ya no se sentía real, todo pasaba muy rápido pero no lo suficiente como para impedir que hasta el más mínimo detalle se grabara en su memoria. El tiempo pasaba y él seguía del lado incorrecto del vidrio.

Y este tiempo comenzaba a acabarse.

Se oyó a si mismo gritar "¡CATACLISMO!". Porque ya no le importaba. Porque la chica que amaba ya no se encontraba en el barco. ¿Qué le importaba si sus emociones no dejaban concentrar el ataque en un lugar específico? ¿Qué le importaba si este se esparcía, como un virus, consumiendo el barco hasta que nada quedara dentro?

Lo destruiría. Destruiría toda esa maldita cosa si eso significaba que llegaría hasta ella, si significaba que ella estaría a salvo. Ella tenía que estar a salvo. Tenía que estarlo.

La caja fue lo primero que se disolvió entre sus dedos, pero su ataque color negro se esparcía. Corrió. Incluso cuando la cubierta comenzó a desintegrarse bajo sus pies, mientras sentía que cada paso era más pesado que el anterior en el piso desmoronándose, como correr sobre arena, él continuó.

Para el momento en que llegó al lugar donde Marinette había caído, medio bote ya había sido destruido. Justo después de saltar, se desvaneció completamente, un humo negro sobre el río fue todo lo que quedó cuando saltó de cabeza al agua. No miró atrás.

El frío fue casi inmediato, un millón de agujas heladas clavándose en cada mínima parte de su cuerpo descubierta por el traje. Incluso con sus poderes protegiéndolo del dolor, lo sentía, lo cual solo sirvió para preocuparlo más por Marinette.

Pataleó con los pulmones ardiendo, aun así continuó bajando. Cada parte de su cuerpo le gritaba que debía cerrar sus ojos, que regresara a la superficie. Haciendo todo lo posible para eliminar esos pensamientos, Chat se forzó a mantener los ojos bien abiertos, ignorando el escozor cuando su visión cambió a la familiar visión nocturna verde. Solo mejoró su visibilidad por una fracción. El agua estaba turbia, como la mayoría de los ríos de la ciudad tendían a ser.

¿Dónde estaba ella?

Chat pudo vislumbrar una sombra y con eso bastó para que se sumergiera incluso más. Nadando como nunca antes lo había hecho, peleando contra la corriente, contra su cuerpo, peleando por ella, Chat buscó a tientas hasta que finalmente pudo sentir algo.

Una mano. Una mano que se aferraba a la suya.

Chat tiró hasta que la figura de Marinette fue visible. Envolviendo su cintura con una mano, comenzó a patalear hacia arriba deseando no estar causándole más daño. El agua irrumpió en sus fosas nasales y comenzó a ahogarse. De pronto, su boca era consumida por el río, el agua sucia entrando a su cuerpo hasta que sintió que se unificaban. Aun así siguió pataleando una vez más, con Marinette en sus brazos.

When Duty and Desire Meet. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora