Capítulo V

18.2K 1.5K 536
                                    

**MARCHETTI'S CLASSICS PLAYLIST: Lovesong- The Cure

~*~

LAUREN MARCHETTI

Estar en el centro de Roma, justo frente al Coliseo Romano hace que mi corazón se detenga de dolor ante lo que tanto tiempo me negué visitar. Estar en estas calles hace que mi corazón vibre, sentir este olor a tierra, a hogar, hace que me sienta viva. Por primera vez en un año, me siento realmente capaz de continuar. El amor de mi Italia, de mi tierra hace ese milagro. Adoro mi tierra, extraño a mi gente. La mayor parte de mi vida la he vivido en New York, pero es aquí dónde considero mi hogar.

El Coliseo que se alza majestuoso como una mirada al mundo de la historia encerrada en este pedazo de tierra en el Mar Mediterráneo en Europa del Sur. Para muchos solo será un lugar turístico agradable. No voy a negar que la visita del Coliseo, Milán, Florencia y Venecia sean atractivas para cualquiera. Pero dónde la mayoría de personas solo ve diversión y belleza yo soy capaz de ver arte, historia, amor, familia. Soy una mujer Italiana que tengo mis raíces fuertemente arraigadas dentro de mí. Las familias Italianas tenemos eso en común: Adoramos nuestra tierra.

—Este fue uno de los primeros lugares que visité la primera vez que viajé—me giro recordando que este hermoso paisaje lo estoy compartiendo con alguien más.

—¿Sabes algo del Coliseo?, ¿De su historia? —le pregunto y ella empieza a buscar en su bolso de viaje un pequeño panfleto que me hace sonreír. Lo encuentra finalmente y alza su mirada mostrándolo—. No me refiero a la guía que te dan dentro—ella que me lo estaba entregando se detuvo—. Me refiero a realmente conocer la historia detrás de esta majestuosidad, Camila—señalo el Coliseo y ambas nos apoyamos de nuevo en el barandal que es un punto turístico para observar.

Camila Lockwood, una mujer sencilla de New York que conocí hace dos horas en un café a unas cuadras de dónde nos encontrábamos en este momento es quien comparte esta vista conmigo. En dos horas hemos sido incapaces de parar de hablar, ella desea conocer Italia y yo adoro hablar de ella. No sabemos más de la otra que nuestros nombres, y que parece que por extraño que suene podemos adivinar lo que piensa la otra sin intentarlo.

Hemos conectado, y al saber que estaba quedándose en un hotel muy cerca del centro decidí acompañarla, para caminar un poco y mostrarle la verdadera Italia, y porque la casa de mis abuelos, que es dónde me quedo; no está tan lejos de su hotel.

—Solo conozco lo que el guía turístico me dijo cuando lo visité—yo sonrío un poco y asiento sin quitar mis ojos del Coliseo.

El amor profundo que siento por lo que me rodea me hace suspirar. La bella Italia, la casa mia.

—Los libros son escritos por una persona. Esa persona tiene su propia perspectiva de las cosas, pero lo importante es crear tu propia opinión, y eso solo se logra observando. Cada persona puede observar algo tan monumental como esta estructura antigua y pensar en el Impero Romano que la construyó, y todo lo que hizo; sus conquistas, su poder. Pero hay ojos que pueden observar esto y ver mucho más allá—Cuando hablo con esta pasión mi acento resalta oculto en un inglés aprendido como segunda lengua con los años.

Pero mi italiano, il mio accento no se puede ocultar, ni lo intento. Al contrario, sigo hablando.

—Los ojos de un historiador ven historia, los ojos de un pintor ven arte—la mirada de ella está fija en el Coliseo y pensar que alguien con ojos nuevos pueda valorar algo tan antiguo me parece fascinante—. Los ojos de un arquitecto verían una monumental construcción con cimientos tan fuertes para resistir décadas. Los ojos de un turista pueden ver una atracción lo suficientemente perfecta para tomarse una foto y subirla a Instagram.

The GuardianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora