14. Un Infierno Nuevo.

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Lily Luna se quedó dormida sobre el pecho de Ted, mientras charlaban de lo mucho que les costaría encontrarse mientras ella estuviese en Hogwarts, las noches en vela y el agotamiento la habían llevado a dormirse pasadas de las cinco de la mañana, él siguió su ejemplo poco después, sin importar estar sobre la alfombra de la sala frente a la chimenea.

Ted brincó asustado cuando un ¡Paf! Sonó justo en el patio trasero de la casa, se movió suavemente para no despertar a la pelirroja, se puso de pie, avanzó hasta la puerta y se colocó el abrigo.

Harry Potter estaba frente a él, se veía que no había pegado el ojo en toda la noche, y por el traje por sin ningún lado, suponía que no era de esas noches apasionadas como las que había tenido con Lily apenas la tarde del día anterior, del año pasado, eso era tan divertido, había cambiado de año.

Su padrino dijo algo, pero sus oídos habían comenzado a zumbar en cuanto lo dijo, así que aunque lo repitió un par de veces, siguió sin entenderlo, se hizo a un lado cuando el hombre de ojos esmeraldas lo apartó, se giró para toparse con Lily, que estaba pálida, ella sí había escuchado lo que su padre había dicho.

Lily se dejó caer, haciendo que su padre fuese a su auxilio, apretó la tela de las mangas de Harry tan fuerte que sus nudillos se pusieron blancos, los oídos de Ted volvieron a funcionar cuando el llanto de su novia se controló un poco, sólo para volver a chillar de forma tan dolorosa, no sabía porque lo hacía, pero le rompió el corazón.

—Lo lamento, cariño –se disculpó Harry Potter –Albus nos hizo volver apenas hace unas horas, tu madre fue con James.

—No –se negó, mientras las lágrimas caían por sus mejillas –no es cierto.

—Lily, cariño... no estaría aquí, diciéndote esto si no fuera cierto, no soy tan cruel, y lo sabes.

—Esto... esto es su culpa –murmuró Lily, el dolor le había hecho perder la razón.

—No, no fue su culpa –insistió su padre –fue su decisión.

—Entonces –la mirada de Lily se perdió –entonces ¿es la mía?

Ted no comprendía por qué Lily estaba tan fuera de sí, seguía en el piso, con Harry acuclillado frente a ella, el metamorfomago exprimió sus recuerdos intentando recordar las palabras de su padrino al llegar.

«Scorpius está muerto».

«Se suicidó en la madrugada».

Esa era la peor noticia para recibir a las primeras horas del día en un año nuevo, mejor dicho, a cualquier hora, en cualquier día sin importar la época del año, Ted ayudó a Lily a subir, para que pudiese ducharse, éste volvió a la parte de abajo y se reunió con su padrino en la cocina.

—Te ves hecho mierda –soltó Ted, ocasionándole una risa turbulenta a Harry.

—El patronus de Albus... fue... bastante sorpresivo, Ginny y yo... no esperábamos ese mensaje, sólo un feliz año nuevo, papás, no un Scorpius está muerto, voy a matarme también.

—Albus... ¿está bien? –Harry asintió ante la pregunta de su ahijado.

—Ron fue de mucha ayuda, gracias a él Albus no hizo nada estúpido, volvimos en cuanto pudimos.

—Y ¿quién le avisó a Malfoy? –Preguntó, el hombre mayor levantó la vista –ah, ya veo –negó, abatido.

—X—

El contraste del color negro con la piel pálida y lechosa de Lily era evidente, aún más, con ese color rojo sangre en su cabello, la mansión Malfoy era un lugar majestuoso, y para ser honesto, le sorprendió que Draco Malfoy les permitiera asistir al funeral de su hijo, por un momento, creyó que culparía a Albus por aquello, pero el entendimiento de que ni Draco Malfoy, como Ginny y Harry Potter, estaban al tanto de la relación que unía realmente a Scorpius y a Albus.

Desastre de Amor [Teddy & Lily]Where stories live. Discover now