Cómo había pensado, Félix me hizo entrar a cada tienda que encontraba e hizo que me probara y comprara varias prendas, las cuales irán a parar a mi armario para no ser usadas. O por lo menos no en estos días. Había dos o tres faldas y varias prendas para el torso e incluso un gorro, el cual si me parecía bonito.
- ¿No crees que ya está bien? - Dije levantando las bolsas.
- Claro que no, aún no encuentro algo perfecto.
- Pero ya compramos demasiada ropa, ¿Aún quieres seguir buscando? - Dije ya sin ánimos.
- Si.
Lo seguí hasta otra tienda, en dónde parecía que vendían ropa un poco más elegante.
- Bien, buscaré por allí. - Dijo Félix y se separó de mi para seguir buscando.
Era Jisung, tenía una malteada en su mano derecha y una bolsa de cartón en la otra, parecía que estaba haciendo lo mismo que nosotros. Salí del local para saludarlo, no sin antes avisarle a Félix.
- ¿Cómo estás? - Pregunté cuando lo tuve en frente.
- Bien, de compras como tú - Río al dirigir su vista a las bolsas que traía en mis manos.
- Si... Me han obligado, Félix está allí dentro. - Miré hacia el local.
- A mi también me han obligado, espérame un momento. - Me apuntó con su dedo y corrió hacia el local de ropa masculina más cercano. - Solo ven. - Escuché que decía después de unos segundos.
Mire mis zapatos, y luego dirigí mi vista hacia donde había ido Jisung, quién había tomado a alguien de la muñeca. Un Minho sonrojado salió de aquel local mirando hacia abajo. Ambos se pararon frente a mi, pero uno de ellos ni se digno a mirarme, por lo que Jisung codeo a su acompañante.
Minho me miró, le sonreí y levanté mi mano para saludarlo, el hizo lo mismo pero con más timidez.
- Hatsu... está... de... compras... como... noosotros. - Hablaba el chico entrecortado para que yo pudiera entender mientras le hacía señas con las manos a Minho. - Ella... está... con... su... amigo... Félix.
Minho le hizo unas señas en forma de respuesta y luego me miro.
- El quiere saber cómo estás hoy. - Dijo Jigung.
- Estoy bien. - Sonreí. - Algo cansada porque no he parado de caminar en toda la tarde. - Reí y observé cómo el chico castaño le traducía todo. - ¿Cómo están ustedes?
- Bien, hemos salido a comprar algo de ropa y a pasar el rato. - Dijo con simpatía.
- ¡Hatt! Escogí algo por ti, así que ten, usarás esto. - Dijo Félix entregándome una bolsa más. - ¿Que hay? - Dijo saludando a los dos chicos.
- Ellos también están de compras. - Le dije.
- ¡Genial! ¿Nos acompañan a comer algo? - Dijo para luego observar los movimientos de Jisung.
Minho miro a su amigo y enseguida se sonrojó más de lo que ya estaba, hizo unas señas y luego Jisung le respondió.
- ¡Claro! ¿Adónde quieren ir? - Dijo finalmente.
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Todos teníamos una rebanada de pizza en nuestra mano y una soda delante. Estábamos sentados en una mesa para cuatro personas: Félix a mi lado, frente a él Jisung y a su lado Minho, que estaba delante mío.
- ¿Es fácil ser profesor de señas? - Dijo Félix mientras mordía su porción.
- Al principio sí, era muy complicado, pero luego de aprender a tratar con ellos, es realmente fácil y lo disfruto. Además, me resulta genial hablar con las manos.
- Siempre quise aprender, pero nunca me he movilizado para eso. - Dijo pensativo Félix.
- Es bueno aprender cosas nuevas, además pienso como Jisung, es genial hablar con las manos. - Admití.
- Cuando quieran les doy un par de clases.- Dijo simpático como siempre.
Mire a Minho ya que el estaba hablandole a Jisung. Movía sus manos con una habilidad increíble, como si llevará hablando de esa forma años.
¿Habrá nacido con esa discapacidad?
De repente me interesó su historia, cómo había aprendido a usar lenguaje de señas, a que escuela había ido en su niñez y muchas otras cosas, pero no era educado preguntar todo aquello.
Parecía un chico simpático, aunque notablemente tímido. Pero es algo que entiendo y respeto.
Me gustaría hablar con él sin que Jisung traduzca, no es que no lo aprecie, al contrario, pero me gustaría aprender a hablar de esa forma también. Jisung nos comentó que Minho había perdido su capacidad auditiva en un accidente hace ya seis años, pero el lado bueno era que, al saber leer y escribir, le resultó más fácil aprender lenguaje de señas y a comunicarse mejor. Aunque él pudiera hablar, no lo hacía por temor a que su voz se quebrara o algo parecido y pasar vergüenza, aunque a veces emitía alguna pequeña risita casi inaudible.
Seguimos hablando de muchas cosas entre los cuatro, por supuesto que todo lo que se decía era marcado con señas por el chico de mejillas regordetas, y luego traducía lo poco que Minho quería aportar a la conversación.
Fue una tarde agradable.
Intercambiamos número ya que queríamos repetir aquella tarde algún día, en el café o en cualquier sitio.
- Ya es hora de irnos. - Dijo Jisung.
- Nosotros también debemos irnos, debo seguir ayudando a esta chiquilla, tendrá una cita. - Dijo mi mejor amigo apoyándose en mi cabeza, aprovechandose de su altura superior. Me sonroje al recordar esa información así que mire mis pies mientras reía avergonzada.
- Nosotros haremos una tarde de juegos, no tenemos nada planeado.
Mire a ambos chicos, y uno de ellos estaba mirando el suelo, alzó la mirada y la conecto con la mía así que le sonreí y el a mi.
De verdad... Este chico posee una de las sonrisas más bonitas que ví en mi vida.
Levanté un dedo, indicándole que me diera un minuto, y él me miro extraño. Tome mi celular y busque su contacto para enviarle un mensaje.
"Es hora de irnos, así que nos vemos!" "Y suerte con esos videojuegos ✨"
Su celular vibró y pareció entender lo que había hecho. Sonrió de nuevo y escribió.
"Nos vemos Hatt" "Fue una tarde agradable ☺️" "Te veo en el café mañana"
Al enviarlo me observó, esperando mi reacción. Le sonreí y asentí con la cabeza.
- Ya nos vamos. - Codeó a su amigo.- Nos vemos chicos. - Se despidió Jisung.
- Hasta luego boys - Dijo Félix.
- Nos vemos - Les sonreí de despedida y levanté mi mano para moverla en forma de despedida. El chico silencioso hizo lo mismo para despedirse.
