Capítulo 49. Separar el agua del hielo.

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Quien considera la vida como alguien fácil está equivocado. Nada es sencillo por más que lo parezca. Todo tiene un precio, en ocasiones alto, en otras bajo. Juvia sabía muy bien de ésto, lo que le hacía tener un solo miedo: "Perder todo lo que ama".

—Oh, entonces no te sucedió nada— Su contraría cayó al suelo. A simple vista se podía notar el cansancio. Incluso su sonrisa arrogante se había tarasformado a una mirada vacía. Observó sus manos detenidamente. Sin creerlo ella era la manchada de sangre, mientras que Lockser era su víctima. Intento recordar, pero nada llegó a su mente; llegando a la conclusión de que posiblemente se tratara de un estado de amnesia.

—¿A qué te refieres?— La mirada oscura de aquella mujer tendida sobre el suelo le hizo tener lástima. Una tan grande que le brindó el valor suficiente para acostarse a un lado de ella.

—Una vida por otra vida. No es así el proyecto, Juvia— La de cabellos azules no entendía a que se refería, por lo que giro su cuerpo. De esta forma logró tener visión de la mujer frente a ella. —Aunque contrario a ti, yo poseo nueve vidas. Lamentablemente solo una te ha servido.

—Juvia...

Dejó de hablar de manera repentina. No entendía en su momento  como aquella mujer había llegado a estar sobre ella. Presionando su cuello de esa forma tan violenta, tan deseosa de algo y divertida de la falta de aire que claramente Juvia tenía. Y aunque quisiese mover sus manos, todo lo tenía imposibilitado. Su propio temor le impedía mover cualquier parte de su cuerpo.

Vió su vida pasando en cámara lenta; sin embargo, notaba la extrañeza de su propia historia. El conjunto de hechos que no poseían sentido y hacían que ella misma dudará de su existencia.

—¡Juvia!— Gray la salvó de una muerte repentina. En la guerra miles murieron. Ella era el blanco de más de uno. La familia Lockser con sus miles de enemigos condenaron su existencia a pensar de no haber vivido una vida a lado de la nobleza de Fiore. —¿Te encuentras bien?— Aquella vez, fue el primer momento en que sintió la calidez de aquél Fullbuster. Aquél fue el instante en que se dió cuenta de sus sentimientos hacia él, a pensar de ser enemigos.

—J-juvia está bien— Todo ocurría en ese instante. Su corazón latía, su mente daba miles de vueltas y finalmente comenzaba a dudar de sus acciones. —Juvia le agradece.

—No es nada. Escapemos de este lugar.— Y puede que sólo fue su visión, pero en esos instantes creyó estar viendo a su príncipe, a su héroe de ensueño.

Podría ser la falta de aire, pero los recuerdos llegaban ella. Y pudo ser su imaginación, pero creyó que cada una de aquellas imágenes le brindaba un mensaje, una pista que posiblemente se volvería en su salvación.

Abrió la puerta cuidadosamente. Sabía que alguien estaba adentro; sin embargo, no pensó observar una escena de ese tipo. Ver a aquéllas dos personas adentro del agua divirtiéndose le pareció extraño, pero también le hizo sentir cierta molestia.

—Deberias tocar antes de abrir. Nadie te enseño a hacer eso— Sabía que eran distantes. Su visita no era bienvenida como ella deseó y él era demasiado frío como siempre. Nada era diferente, más que el propio sentimiento de dolor que en su corazón parecía sentirse.

Estuvo por decir algo en un intento de escudarse, pero una sonora risa le hizo detenerse. —Oh, Gray. No seas tan enojon. Te saldrán arrugas— La mujer junto a él comento. Realmente se notaba divertida. —Un placer, mi nombre es Ultear Milkovich. Ex-hermana de éste joven caballero— Añadió con clara burla, no a ella, si no a él.

Separar el agua del hielo. | Navia, Lydery, Ultear x GrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora