Capítulo 20

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Un año y medio atrás.

"Natalia y Alba volvían a casa de la más bajita a paso lento, la verdad es que la de pelo oscuro tenía que acortar mucho sus pasos para seguir el ritmo de Alba, que por algún motivo, caminaba cabizbaja y pensativa.

Natalia estaba demasiado encantada como para notarlo.

— Creo que he encontrado a la persona de mi vida, Albi. – Seguía parloteando con una gran sonrisa. No se había callado desde que habían salido de casa de Mikel. — No hay nada de él que no me guste.

Puede que fuera la ilusión de un romance juvenil y las hormonas revolucionadas, pero la veracidad de sus palabras eran como dardos en el corazón de Alba.

Por no hablar de que había estado dos horas observando como se comían la boca sin pudor.

Y por no hablar de que hacía solo unos meses, Natalia se había enterado de sus sentimientos y había hecho como si nada.

Suspiró escuchando de fondo el parloteo de su amiga.

No le quedaba de otra que hacer como si nada doliera y ser la más simpáticamente falsa del mundo con Mikel.

Al fin y al cabo, no tenía por qué hacerles ningún feo.

Parecía que su acting funcionaba de perlas, ya que Mikel estaba encantado con ella.

Si tan solo él supiera lo mucho que le odiaba.

Con su bigotito de intento de productor de cine y su actitud de 'quiero ser un gangster del Bronx' para luego hacer videos "cómicos" sobre Fortnite.

Por Dios.

Sólo era un niño de casa bien, con dinero y mucha imaginación para ser lo que él quisiera ser.

Alba dejó el critiqueo mental e intentó focalizarse en su amiga.

No conseguiría nada sacándole defectos al chico, al final, sólo eran prejuicios subjetivos creados por sus celos.

Habían pactado que la morena se quedara a dormir esa noche con ella y así verían una película, pero cuando llegaron, Alba sólo tenía ganas de acurrucarse en su cama y llorar.

Pero esa noche no estaba sola como las demás.

Los problemas y los dolores dormirían a su lado.

Descartó ver una película con la excusa de que le dolía la cabeza y Natalia aceptó sin rechistar.

Había notado el cambio en Alba y pensó que sería debido a su jaqueca, así que prefería que la pobre descansara.

Ilusa.

Los ojos dorados y anhelantes, observaron la espalda pecosa de la morena mientras se ponía el pijama. Sintiéndose la persona más miserable del mundo por pensar que jamás podría alcanzar esas constelaciones que se creaban en su espalda, se tumbó cara a la pared, intentando ignorar el nudo en su estomago y el picazón en sus ojos.

La cama se movió a su lado y sintió la respiración del amor de su vida en su espalda.

Lo siguiente que notó fue el suave beso que dejó encima de su camiseta.

— Buenas noches, Albi. Descansa esa cabecita. – Susurró con ternura.

Ternura que impactó en los ojos de Alba sin quererlo.

Sin respuesta a sus buenas noches, Alba lloró en silencio.

Lloró sin que nadie la escuchara, ni siquiera la chica que estaba a su lado a diez centimetros.

Reciprocation - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora