Ranma tiene 20 años y Akane 19 entre riñas cotidianas y ocultando su amor este irá saliendo tendrán aventuras, celos pero nada de eso impedirá el gran amor que se tienen
Miramos aquella gran cueva con algo de nerviosismo ¿Que nos esperaría ahí adentro?.
Mire a Ranma y el me miraba a mi
- Yo seré quién la rescate - gritamos al unisono.
( Narra Yare)
Ambos comenzaron a correr hacia el interior de la cueva. Se empezaba a extinguir la poca luz que entraba, lo bueno que venían preparados traían una lámpara.
Ryoga perseguía a Ranma para no perderse. Cuando de pronto oyeron una gran y malévola risa.
- ¿Acaso creen que se podrán llevar a Akane así tan facilmente? - se escucho y el eco volvía a repetir esas palabras. En ese instante prendieron antorchas que apagaban aquella obscuridad y alumbraban caminos.
Miraron a Akane. Estaba sentada en el suelo, atada con una soga en los brazos y una más en las piernas. Cuando aquellos dos iban a por ella, un gran hombre de paja se interpuso haciendo que Ranma y Ryoga pararan en seco.
- Para poder salvar a esta niña, primero pasar por mi - dijo aquel mounstro de paja.
- Será pan comido - musitó Ranma.
- Ranma, Ryoga, vinieron por mi - dijo Akane ya desesperada con algunas lágrimas en los ojos.
- ¡Truco de la explosión! - grito Ryoga quién se lanzaba contra aquel muñeco, el cual solo dió un pequeño giro haciendo que Ryoga se estampara contra la pared de aquella gran cueva e hiciera que algunas rocas cayeran.
- ¡El truco de las castañas calientes! - gritaba Ranma mientras movía sus manos a casi una velocidad que no se podían ver. Estaba furioso.
Ryoga se levantó del suelo, giro por el aire y aterrizó con una patada en la espalda de aquel muñeco.
El gran hombre de paja, solo se tambaleó y se dió la vuelta una vez más arrojando por los aires a aquellos chicos.
Se levantaron y se pusieron en posición de combate.
El mounstro corrió hacia ellos pero ambos saltaron y le dieron un gran golpe en la cabeza haciendo que está se desprendiera del cuerpo y acabando con él.
Ranma corrió hacia Akane y Ryoga iba tras él, ambos la desataron pero en ese momento Akane comenzó a levitar.
- ¡Ranma! - gritaba la chica.
- ¡Akane! - le devolvió, Ranma.
Del final del pasillo salió un hombre delgado, llevaba puesta una mascara.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
- ¿Quién eres? - preguntó Ryoga.
- ¿Aún no lo saben, idiotas? - dijo algo torpe.
- Deja de jugar, ¿Por qué demonios tienes aqui a Akane? - preguntó Ranma ya molesto.
