Los ciervos.

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DISCLAIMER: Nada es mío.

Estaban reunidos en el árbol de corazón, Robb, Jon, Arya, Bran y Rickon, Cat veía con amor cómo su hija mayor caminaba de la mano de su esposo Ned hacia el encuentro con su futuro esposo, no pudo contener las lágrimas. Ella no estaba muy contenta con esta decisión de Sansa, pero debía de reconocer que le emocionaba que sería abuela. Con todos sus hijos prácticamente comprometidos, sería cuestión de tiempo ver a Winterfell con nuevos lobos.

                                                                                           -O-

Los novios se dijeron sus votos y la novia fue protegida por la capa de su nueva casa, Arya tenía un ceño en su frente, no podía imaginarse perder su capa Stark. Ella decidió que no le gustaría ser llamada Arya Baratheon, solo de pensarlo le provocaba náuseas.

El maestre Luwin pronto presentó a Lady Sansa y Lord Theon Greyjoy y la multitud sonrió. Pero lo más importante es ver la cara de su hermana, ella estaba realmente feliz. Estar con el idiota de Theon era algo que ella quería y por un momento se imaginó con una buena vida, con su futuro esposo. Lo encontró mirándola fijamente, él estaba a lado de su padre Robert, ella le rodó los ojos y continuó viendo a su hermana.

El banquete era exquisito, había delicias de las islas de hierro, de winterfell y de más allá del muro. La cerveza y el vino fluían alegremente y los novios bailaban felices, su padre y su madre también estaban bailando. Los norteños no habían tenido una fiesta apropiada en años y realmente la disfrutaban.

-Ella se ve feliz- Lord Gendry le dijo mientras se acercaba a ella- él también.

-Ella obtuvo lo que siempre quiso- Arya dijo con un suspiro- Casarse fue un deseo que tuvo desde niña. Es obvio que está feliz.

-Pero más allá de eso, entre ellos hay amor- Gendry aseguró.

-Un partido raro en nuestros tiempos.

Gendry la miró como queriendo descifrarla.

-¿Cuál fue tu deseo de niña Lady Arya?- Gendry preguntó curioso.

-Arya- ella corrigió- solo Arya.

-Bueno, si me dices Gendry- le sonrió.

-Siempre quise ser un señor o un caballero, pelear junto a mis hermanos- Arya se volteó para ver si él se reía, pero no lo hizo. Estaba pensando.

Arya aprovechó su silencio para continuar.

-Nunca quise ser una dama, siento que no encajo en lo que se espera de una dama.

-pero tu padre es un señor.

-Sí, pero nací mujer Gendry, si solo hubiera sido un niño, podría estar viajando en este momento y siendo libre.

-Todavía eres libre, Arya.

-¿Nos vamos a casar, no te acuerdas?- Arya lo miró como si fuera idiota- Eso me quita mi libertad.

-No serás un prisionero Arya- Gendry dijo un poco molesto- sé que no nos conocemos y que no tienes que confiar en mí pero jamas te voy hacer daño, tienes mi palabra. Creo que sería bueno si reformaras el concepto de una dama- él sugirió.

-¿Qué quieres decir?

-Sé la única en tu clase, busca lo que quieres y sigue ayudando a la gente como hasta ahora. Eres muy respetada y te guste o no, estás en una posición que puedes ayudar realmente. Ambos, con este matrimonio podemos. No sé todo para gobernar, siete infiernos lo único que quiero es quedarme en la fragua. Así que necesitaré toda la ayuda posible. ¿Qué dices, tenemos un trato?

La loba y el ciervo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora