𝐌𝐈𝐍𝐈 𝐆𝐄𝐍𝐈𝐎 ━━ ❝𝘋𝘰𝘴 𝘨𝘦𝘯𝘪𝘰𝘴 𝘴𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢𝘯❞
Spencer Reid y ______, una pequeña de 12 años, tienen capacidades diferentes. Son considerados genios.
Distintas edades, distintos pasados y distintas vidas. Cuando el destino ti...
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Aquella persona que sale al campo de batalla es 10 veces más valiente que el que no lo intenta -Corazón Valiente
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Matt y yo nos encontrábamos en la cafetería, estábamos tomando chocolate, bebida que yo amaba. Le platiqué todo lo que había pasado con el acosador, porque a pesar de no conocerlo mucho tiempo, me demostró que nuestra amistad iba en serio y que podía confiar en él.
—Y eso fue lo que pasó. —dije después de acabar la historia.
Él se quedó callado un par de segundos y me miró sin saber qué decir.
—Realmente... Vaya... No sé qué decir. —solté una risita. —Lamento mucho que estés pasando por esto.
Ví como se levantó de su asiento y se puso a un lado de mí para poder abrazarme.
—Verás que todo va a mejorar, y yo voy a estar contigo.
—Muchas gracias.
Eso era lo que quería, que alguien me diera un enorme abrazo y me dijera que todo iba a estar bien, pero lo que necesitaba era que se cumpliera.
—_____.
Nos separamos y observé como García se asomaba por la puerta de la cafetería.
—Tenemos un caso.
—Ya voy...
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—¡Eso sí que es otra onda! —exclamé cuando bajamos del jet.
Este caso había sido algo... Peculiar. Tal vez a los demás no se les hizo tan extraño, ¡Pero vamos! Ellos han visto muchas cosas en todas sus carreras, yo no. El caso fue de un ignoto que asesinaba a sus alumnos, al día siguiente llevaba comida a su grupo y esa comida estaba hecha de la carne de las víctimas; niños de 9 años comiéndose a sus compañeros.
—Bien, todo mundo vaya a descansar, en un rato nos reuniremos para averiguar si el acosador ha hecho algún movimiento. —dijo Hotch.
Spencer y yo nos fuimos directo a casa, como no teníamos nada qué hacer decidimos leer en la sala, uno al lado del otro, pero en silencio, mientras él bebía café y yo chocolate caliente.
—Spence. —dejé mi libro a un lado.
—¿Sí?
—¿Podemos hablar?
—Claro.
Cerró cuidadosamente el libro y lo puso a un lado de donde yo había dejado el libro, después me prestó su total atención.
—Sólo quiero que me cuentes historias.
—¿Historias?
—Sí, cuéntame algún cuento, una historia de tu infancia o algo así.
