𝗧𝗛𝗘 𝗟𝗔𝗦𝗧 𝗦𝗨𝗠𝗠𝗘𝗥┃RIVERDALE.

1O; ❛ THE LAST GOODBYE. ❜

CAPÍTULO DIEZ;
❛ EL ÚLTIMO ADIÓS. ❜

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Había una horrible sensación en el estómago de Madison de tan sólo despertar aquella mañana.
Como si su anatomía supiera el día que había llegado, porque era inevitable por más que intentó atrasar el reloj.

Tomó lugar en una de las sillas que se acomodaban en hileras.
La mirada trató de evitar ver a el ataúd frente su nariz. Quizá así el malestar del pecho se le iba, y lo que había desayuno durante la mañana se quedaba en su sitio correspondiente.

Las manos pasearon en la tela de su vestido negro en un gesto nervioso. De todos modos, sus palmas continuaron sudando.
El ataque de pánico se avecinó, y tuvo que respirar profundo. Aún así, fue inminente. De repente, la habitación se hizo más pequeña.
Tragó en seco, hasta estirarse a su bolso. No era grande, sólo de mano, pero aún así rebuscó en lo más profundo para verificar que las píldoras no estaban allí. Sólo su patético labial rosa, que transmitía una inocencia que ella no poseía. Sólo fingía serlo.

Porque, en realidad, Madison era la raíz de los problemas.

Se cuestionó cuánta hipocresía llevaba encima como para ser partícipe del entierro de alguien qué... Que quizá ella había...

⏤Estoy nervioso.⏤ Archie declaró a su costado. Todos los problemas espabilaron cuándo él se estiró hasta coger su mano para dar un apretón breve.

Madison sonrió. ⏤Tranquilo. Lo que haces está bien, y estoy segura que te van a agradecer.⏤

Aunque fuese complicado, ella desvió los ojos del rostro pálido de Archie para encontrar detrás a la mujer de luto. Caminaba por el espacio de las sillas hacía el ataúd cerrado de su hijo mayor. Pasos lentos y delicados, que detonaban que no quería llegar allí. Los dedos entrelazados en su vientre para contener las ganas de abalanzarse, y desaparecer en un mar de llanto. Pero no. Era una Blossom.

Archibald se deslizó fuera del tapiz casi de inmediato, como si supiera que después no tendría el valor de llevar el acto a cabo.
Terminó frente la mirada de la señora Blossom, y ella tuvo que alzar la vista ante la figura del adolescente. Por un segundo, la mirada opaca, deslumbró fe.

⏤Lamento mucho su pérdida.⏤ comentó el menor, previamente de extender la camiseta doblada perfectamente hacía la señora. El número nueve en un amarillo soleado, delató al dueño original de la prenda. ⏤Pensé que debía tener esto.⏤

Por su parte, Penélope recibió la tela entre las manos frías. Trató de no hacerlas temblar durante el proceso. Admiró la prenda por unos segundos, que a ella se le hicieron eternos al tener vagas memorias de su difunto hijo con la camiseta cubriendo su torso. Sonriendo a ella antes de llevar a los Bulldogs hacía la victoria.
De repente, se volvió a Archie.