OJOS NEGROS

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El peli negro parecía un pequeño niño asustado, aunque en realidad el que si estaba verdaderamente​ asustado era JiMin

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El peli negro parecía un pequeño niño asustado, aunque en realidad el que si estaba verdaderamente​ asustado era JiMin.

Intentó soltarse del agarre que ejercía el menor en su cuerpo, pero no podía, la fuerza de JungKook era impresionante, no podía moverse en verdad.

—Eh... ¿Me podrías soltar?— preguntó JiMin algo ruborizado y confundido, sin embargo no obtuvo ninguna respuesta.

Podía sentir el corazón del peli negro contra su propio pecho y le preocupó un poco lo acelerado que estaba, también su respiración agitada y esos ojos... Era lo que más le llamaba la atención, sus ojos completamente negros y los cambios repentinos de actitud.

Zafó su brazo con lentitud y de nuevo llevó su diestra a la cabellera de JungKook, acariciándole lentamente, notando como éste poco a poco aflojaba más y más su agarre.

—¿Estás bien?— preguntó una vez fue soltado y miró fijamente a los ojos del menor, pero este parecía no hablar el mismo idioma.

JK3 comenzó a sacar una especie de gruñidos lo cual hizo que JiMin se asustara un poco pues notó las venas que se marcaban aún más.

La apariencia​ tierna del peli negro se convirtió en una totalmente aterradora, como si de ser un pequeño gato asustado, pasara a un león hambriento y furioso.

El sonido de un helicóptero invadió todo el lugar, JiMin miró hacia arriba y notó que éste volaba muy cerca de su casa.

—¡Jeon JungKook... Entrégate ahora o abriremos fuego!— informaron los que parecía ser militares buscando al prófugo con su mirada entre la gran cantidad de hogares que había en el lugar.

—¿Qué está...?

JiMin fue interrumpido por la mano de JungKook sobre su pecho, la cuál lo arrojó dentro de la casa con brusquedad logrando que se estrellara con la mesa del comedor.

El peli gris miró sorprendido como los militares comenzaron a disparar cuando finalmente el azabache corrió hacia ellos mientras este recibía las balas como si fueran de papel, no le hacían ningún daño, solo rebotaban en su cuerpo.

Furioso, corrió hacia una barda y subió para luego arrojarse contra el helicóptero que volaba bajo.

JiMin miraba desde la ventana todo lo que pasaba y sintió un miedo muy grande cuando vió el helicóptero tambalearse y moverse bruscamente. JungKook ya estaba arriba rompiendo cuellos con sus manos y atravesando abdomenes, sin obtener él ni un solo rasguño. Los disparos seguían escuchandose aunque cada vez menos hasta que no quedó un solo sonido.

De pronto, JK3 saltó dejando que el helicóptero cayera en algún lugar que a él realmente le tenía sin cuidado.

—¡¿QUÉ ERES?!— Gritó JiMin cerrando la puerta de su casa.

JK3 se paró frente a ésta y comenzó a golpear débilmente, pidiendo permiso para entrar, pero al ver que JiMin no abría comenzó a desesperarse pues quería seguir siendo mimado, o al menos esa parte que ahora le pertenecía al experimento.

—¡Vete!— le gritó el peli gris tratando de encontrar como huir de él.

JungKook liberó un chillido y atravesó la puerta metálica con su puño.

—¡Mierda!— Gritó JiMin al mismo tiempo en que caía al piso por el susto. La puerta fue abierta y el menor se adentró en el lugar a paso lento, el peli gris temblaba del miedo, jamás imaginó que veía algo así.

—¡No me mates!— suplicó y empezó a llorar.

El peli negro se hincó frente a él y posó su mano en la mejilla ajena, limpió las lágrimas con sus pulgares y luego acercó su rostro al de JiMin colocando sus labios sobre los contrarios.

Los ojos del mayor se abrieron más de lo que podían pero aún así no se apartó. En ese momento no sabía si era porque no quería o porque el miedo no lo dejaba.

JK3 cerró los ojos relajándose por completo. Para cuando los abrió, estos ya estaban en su tono normal y su sorpresa al ver la situación lo dejó confundido, ¿Cómo llegó ahí? y ¿Por qué JiMin estaba...?

Sus ojos se abrieron en demasía.

—¡¿Qué mierda haces?!— gritó exasperado empujando a JiMin del pecho.

—¡¿Yo?! ¡Tú me besaste, idiota!

—Si como no.

El peli gris frunció el ceño con molestia, sin embargo de inmediato recordó lo que había pasado hacía unos minutos.

—¡¿Qué carajos eres?!— cuestionó histéricamente señalándolo y poniéndose en pie.

—¿De qué hablas?

—Hace un momento... Tiraste un helicóptero y... ¡Y las balas no te hacían nada!

Entonces JungKook recordó.

»Corría por las calles tratando de no ser notado pues había policías y militares en todos lados.

Caminó y al pasar junto a una camioneta blindada y llena de uniformados, cubrió su cabeza con el gorro de lo que llevaba puesto y la agachó.

Todo hubiera salido bien si un hombre no hubiera pasado corriendo a su lado y lo hubiera empujado, logrando tirarle el gorro y hacerlo girar levemente.

Uno de los militares lo reconoció al instante.

—¡Es él! ¡Detenganlo!— gritó y todos rápidamente obedecieron.

JungKook tuvo que correr de nuevo pero una bala le atravesó el brazo.

Sintió un dolor indescriptible, se sujetó el lugar dañado y apretó. Siguió corriendo pero pronto las piernas le flaquearon y cayó al piso... Sintió como su corazón se aceleraba y pronto perdió el conocimiento para así darle el control al experimento JK3, como decidieron llamarlo.

Éste inmediatamente buscó el aroma de JiMin y al no encontrarlo cerca lo rastreó ignorando que lo seguían

—Está bien... Te lo contaré todo...

Experimento JK3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora