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—¿Por qué debo ir yo?— preguntó JiMin llevándose un trozo de carne a la boca.

Ambos chicos se encontraban comiendo tranquilamente hasta que JungKook habló.

—¿No dijiste que me ayudarías a salvar a mis amigos?

—Si, pero nunca he salido por mucho tiempo de mi casa.

—¿Me dejaras ir solo?— preguntó el peli negro haciendo un puchero

JiMin lo miró con detenimiento y negó con la cabeza, por alguna razón sentía que debía proteger y ayudar al menor; sin embargo JungKook tenía planes que sin JiMin no resultarían, por eso tenía que llevarlo con él si o si.

—Está bien, iré contigo— al fin aceptó y apretó los labios esperando no arrepentirse después.

...

La mañana llegó y JungKook entró en la habitación del peli gris a moverlo bruscamente para sacarlo de los dominios de Morfeo.

El mayor lanzó varios manotazos y soltó algunos gruñidos.

—Vamos JiMin... Ya levántate.

Sin razón alguna, su respiración se agitó y sintió como sus músculos se tensaban. Definitivamente estaba por suceder de nuevo y en su mente maldecía no poderlo controlar.

JiMin estaba apenas despertando cuando sintió un peso sobre él, abrió un ojo perezosamente y se encontró con un rostro pálido y venas resaltadas, con unos ojos negros que lo miraban fijamente.

—Hola pequeño.— lo saludó con una sonrisa viendo que este se encontraba a horcajadas sobre él.

JK3 sonrió y comenzó a brincar en el abdomen del mayor, luego se inclinó y pegó su oído al pecho contrario, le gustaba escuchar el sonido de su corazón latiendo. El peli gris comenzó a acariciar su cabello negro con ternura y amplió su sonrisa. El miedo que le tenía al principio se había desvanecido por completo, JK3 era como un niño cuando estaba con él.

Ambos se levantaron y JiMin comenzó a caminar hacia la cocina siendo seguido por el menor, quien entrelazó sus dedos con los del mayor provocándole un leve sonrojo, aún seguía sin entender el porqué de su comportamiento... pero le comenzaba a agradar.

Minutos después el mayor se encontraba preparando algo para desayunar antes de partir y JK3 lo abrazaba por la espalda con sus ojos cerrados y en completa paz.

De pronto un aroma a perfume llegó a sus fosas nasales, sus brazos rodeaban algo y su nariz rozaba con algo bastante suave. JungKook abrió los ojos y vió que aquello era el cuello de JiMin y lo tenía abrazado. Sintió sus mejillas calentarse y se quedó pasmado, sin separarse, sin entender porqué se sentía tan bien.

Se mantuvo quiero hasta que el peli gris se movió y al fin sus brazos lo liberaron. El mayor estiró su mano y le acarició la cabellera con ternura provocándole un escalofrío en todo el cuerpo.

—Te daré algo de comer pequeño.— le dijo sin mirarlo, aún no se había dado cuenta que JungKook había vuelto.

El peli negro se quedó parado sin entender aún porqué se sentía así, más de una vez había pasado eso, pero ésta vez fue distinto, su corazón se aceleró, el mismo corazón que compartía con JK3, el experimento que se había enamorado del peli gris sin comprenderlo bien.

—¿Qué pasa?— JiMin al fin lo miró al ver que éste no se movía. — Oh, JungKook volviste.

El peli negro salió del shock y miró fijamente a JiMin solo para asentir con la cabeza. Se dió media vuelta y caminó hacia la mesa para tomar asiento, se sentía extraño.

—¿A qué hora partiremos?— preguntó el mayor dejándole un plato sobre la mesa para luego tomar su asiento frente a él.

—¿En una hora te parece bien?— respondió JungKook ocultando muy bien su nerviosismo.

—Esta bien, debo empacar muchas cosas, debería preparar algo de comer porque no sabemos si podríamos necesitar... Y agua...mucha agua.

JiMin no paraba de hablar y JungKook no supo en que momento exactamente se había perdido en los labios carnosos y rosados que poseía su acompañante, los cuales se movían sin parar pero él no escuchaba nada, solo se concentró en ellos sin al menos parpadear.

—¿JungKook?

El peli negro salió de sus pensamientos y sintió su rostro arder de nuevo, desvío la mirada y trató de cambiar el tema.

—No es necesario llevar tanto.

JiMin entrecerró los ojos y se encogió de hombros.

—Está bien pero me llevaré un cambio de ropa y no podrás impedirlo.

Inconscientemente JungKook sonrió de lado y negó con la cabeza para luego picar con su tenedor la carne que aún permanecía intacta sobre el plato.

Quería entender porqué se sentía así.

JK3 y el compartían el mismo corazón por lo que los sentimientos de uno afectaban al otro, pero JungKook aún no estaba consiente de eso y por esa razón el enamoramiento del experimento comenzaba a hacerle efecto también.

Experimento JK3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora