El juego comienza

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- ¿A donde fuiste Celia? - preguntó Sara viéndola salir del ascensor.

- Almorcé en la tienda del frente - Sara la miró confundida.

- No sabia que allí vendieran comida - Celia solo asintió y continuó su camino a la sala de juntas, en pocos minutos iniciaría nuevamente a la reunión y tenia que prender todos los equipos y encargarse de las conexiones no fallaran.

Entro a la sala de juntas y comenzó a prender los equipos uno por uno, a su mente vino el recuerdo de la expresión indiferente de John y sintió como la furia volvía a inundar su interior, estaba molesta por todo lo que estaba pasando y el poco control que tenia, pero le molestaba mas aun no poder controlarse a si misma y que las cosas le afectaran tanto. Su mente divagó en una solución para la ansiedad de la que estaba siendo presa, el solo pensar en John su mente se volvía un caos, tenia que encontrar la forma de sentirse mejor consigo misma y con la situación que tenia en frente, cada vez que lo pensaba se convencía mas de que, si tenia que pasar por todo eso del matrimonio, lo ideal era sacarle el mejor partido a la experiencia.

Esa alarma inoportuna le decía que ella no era del tipo que se complicaba con sentimentalismos, y que todo ese deseo de tener un matrimonio de verdad con John, con las limitaciones del anonimato, y toda la presión que le sumaria eso, era un gran error.

Pero quería hacerlo, quería verlo reír nuevamente juguetón, quería ver en sus ojos esa ternura que tanto la asustaba, pero por sobre todas las cosas lo que mas quería era sentirse amada, solo él había logrado que ese sentimiento eclipsara lo demás, y desear ser diferente, para ser felices juntos y lo hubiese sido si el destino no hubiese jugado en su contra recordándole quien era y a donde pertenecía. Esta vez seria diferente, nadie se enteraría de donde estaba y con quien, lo arreglaría todo, encontraría la manera de evitar que la siguieran, era muy buena en eso.

Tenia que pensar en lo que necesitaba para lograr su objetivo, lo primero era que ese matrimonio arreglado empezara con buen pie.

- ¿Todo bien? - Anthony entró con esa sonrisa tan parecida a John y en la mente de Celia una idea surgió.

- Si, todo esta listo - Anthony le agradeció con un gesto y fue hasta la computadora que el siempre usaba - Anthony - el aludido levanto la vista de la computadora para dedicarle su atención - estaba pensando despejarme un poco este fin de semana y me preguntaba si ¿podrias prestarme la cabaña? - Anthony frunció el ceño y casi inmediatamente relajo el gesto.

- Claro ¿irias sola? - Celia astió con la cabeza pero no quiso darle mas información - te traeré las llaves mañana y le pediré a Samuel que aliste todo - bajo su vista y Celia percibió que Anthony evitaba verla deliberadamente.

- ¿Podría pedirte un ultimo favor? - Anthony asintió - no le comentes a Sara - Anthony frunció el ceño - insistiría en acompañarme y quiero estar sola.

- Ah claro, no hay problema, aunque estoy seguro que si le explicaras se mantendría al margen.

- Tienes razón... - Celia iba a agregar algo mas pero los directivos comenzaron a llegar y tomando asiento guardo silencio atenta a cualquier momento en el que fuera necesaria.

- ¿Ya te vas? - Preguntó Sara a Celia cuando la veía recoger sus cosas.

- Si no necesitas algo mas, si - Sara negó y entró a su oficina y tomó asiento.

- Mañana deberíamos ir al cine - Celia abrió los ojos un poco alarmada mas luego disimuló un poco.

- No puedo, pero que te parece si la próxima semana vamos al centro comercial y  nos compramos unos zapatos nuevos - sabia lo que necesitaba para espantar a su amiga y esta reaccionó como esperaba.

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