Chapter XI

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"Myoui Company, el internacional grupo de empresas formado por: 'Myoui Records, Hoteles Myoui-Minatozaki y Myoui Architecture Studio', fundado por la empresaria Mina Myoui, hace apenas 11 años, pasará hoy a manos de los jóvenes empresarios Rosé Park y Bambam Bhuwakul, tras lo que pareciera una batalla campal por las acciones del grupo.

Los extranjeros han llegado a un acuerdo con los abogados de la japonesa, quien mantendrá una parte minoritaria de las acciones del grupo."

Mina apagó el televisor y lanzó el control contra la pared, estaba furiosa, triste y completamente frustrada. ¡¿Cómo era posible que esos dos idiotas habían logrado arrebatarle su mayor logro en la vida?!

___

- Mierda- soltó suavemente al caer hincada frente a la tumba de su esposa, limpió las lágrimas que salían de sus ojos e intentó calmarse. Los sollozos no se detenían por más que tratara de frenarlos. - Lo siento tanto Sana... lo he perdido prácticamente todo- mordió su labio inferior y levantó su mirada. El verde césped de la colina se movía ligeramente con la suave brisa de la mañana, acomodó su sweater y observó la tumba.

"Minatozaki Sana
Minatozaki-Myoui Mei
-
Vivirán por siempre en nuestros corazones."

Limpió el metal lentamente y suspiró. - 5 por cierto de la compañía... Ni siquiera puedo hacer nada con eso- murmuró lentamente mientras sacaba brillo a la inscripción de la lápida. - Sé lo que dirías si estuvieras aquí conmigo, casi puedo escuchar tu voz: "Puedes lograr lo que tú quieras, propóntelo Mina, y no habrá quien te frene", pero...- tocó el nombre debajo del de su esposa, suspirando. Minatozaki-Myoui Mei. Mordió su labio mientras los recuerdos la invadían.

___

Llegó al cuarto piso sudando, el frío que había en la interperie no se acercaba al que sentía. Estaba temblando mientras caminaba rápidamente hacia sus suegros, los señores Minatozaki.

Observó las lágrimas en sus ojos y después vió sus labios moverse por un largo rato. No podía escuchar nada.

- Yo... No..- musitó, muy despacio, señalando sus oidos. Inmediatamente sintió el abrazo de la madre de Sana, tan cálido, tan sentimental. Se aferró a ella, intentando comprender qué había pasado. El Sr. Minatozaki se acercó a ella y habló, tratando de darle la noticia.

- Mina- comenzó, con una voz tan dulce que el corazón de Mina se rompió, sabía lo que esto significaba y no quería creerlo.

- ¿Dónde está Sana?- dijo sin más, - Necesito verla, hacerle saber que estoy aquí con ella- los señores Minatozaki se miraron, ambos abrazaron a Mina, la querían tanto, había alegrado todos y cada uno de los días que había pasado con su hija.

- Ella... S-Sana murió- dijo el hombre, con su voz rota y sus ojos llorosos. La mujer mayor rompió en llanto una vez más, aún no podían creerlo. Si bien ellos fueron informados del estado de Sana en cuanto ingresó al hospital, y llegaron al lugar pocos minutos después. No pudieron despedirse de la chica, todo había pasado tan de prisa, se fue tan rápido.

Mina negó, no podía.. no quería creerlo. Sana no podía morir, la había visto esa mañana, habían desayunado, la había besado... - ¿Dónde está Sana?- dijo nuevamente, - ¿Cómo está? ¿Puedo verla?- los padres de Sana se miraron con ojos llorosos, compasivos. La mujer abrazó a Mina y no la soltó hasta que la chica dejó de llorar, varias horas después.

- Mina, iremos a la cafetería, ya volvemos- dijo el hombre acariciando el hombro de la chica y caminando junto a su esposa hacia el lugar. Habían pasado alrededor de 12 horas desde que había recibido la llamada. La maldita llamada que arruinó el resto de sus días. En esos momentos sólo podía pensar en morir, quería morir, no quería estar en un mundo donde Sana no estaba junto a ella, donde no podría besarla, abrazarla, decirle cuánto la amaba.

Addicted | [Michaeng] G!P Where stories live. Discover now