Capítulo 26

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Hablemos

Domingo, 23 de septiembre.

Con los nervios a flor de piel, Taeyong llevó su mano a la puerta golpeando suavemente. Su cuerpo entero temblaba y tenía los ojos rojos e hinchados por no haber dejado de llorar el día anterior. No había contestado ninguna llamada de sus padres, tampoco había respondido a ningún insulto que Jaeno le mandó por mensajes. Simplemente se quedó allí, llorando bajo los brazos de Yoonoh y la mirada de Yuta, Sicheng, Johnny y Chittaphon, que a penas salieron de la casa donde se iba a realizar la boda, ellos fueron donde su amigo porque sabían que Taeyong los necesitaría.

La puerta fue abierta y Taeyong abrió la boca para decir algo, pero al ver el rostro enojado de Jaeno la cerró sin saber que decir, tampoco es como si lo hubiera dejado hablar, porque le cerró la puerta de inmediato en la cara. Taeyong se sintió humillado y desesperado, así que volvió a tocar, esta vez más fuerte mientras sentía las lágrimas aproximarse en sus ojos.

Sabía perfectamente que todos debían estar odiándolo por lo que había hecho, pero nunca creyó que su hermano le cerraría la puerta en la cara. Taeyong nunca lo hubiera hecho.

—¿Qué mierda, Jaeno? —se escuchó dentro de la casa y Taeyong supo que Renjun le abriría la puerta pronto.

Lo único que pudo hacer el mayor fue tirarse a los brazos de su cuñado a llorar cuando el menor le abrió. Necesitaba tanto de su familia y saber que Jaeno ahora lo odiaba le destrozaba el alma. Renjun era de su familia, así que sintió un alivio cuando el chino también lo rodeó con sus brazos y dejó que llorara en su hombro.

—L-lo-lo sie-siento —hipaba sin sacar el rostro del hombro de Renjun. Quería encontrar algún botón en su vida para devolver el tiempo y repetir esos días en donde era extremadamente feliz. Ahora lo único que sentía era dolor y decepción de sí mismo por haberle fallado a tanta gente.

—Tus padres llegarán pronto, pero vamos a la cocina para que tomes algún té para que te calmes —Taeyong agradecía infinitamente que Renjun fuera un chico solidario porque no soportaría otra mala mirada. Caminó con el chino hacia la cocina y podía sentir los ojos de su hermano taladrándole la espalda.

En silencio, con lágrimas cayendo de sus ojos miró como Renjun se esmeraba en prepararle un buen té, mientras que Jaeno estaba apoyado en la puerta mirando cada movimiento que Taeyong hacía. Jaemin apareció minutos después junto con sus padres mientras llevaban bolsas llenas de mercaderías.

—¡Hijo! —Sungya soltó las bolsas y corrió donde Taeyong estaba mientras lo abrazaba muy fuerte. —¿Dónde fuiste ayer? Todo fue una locura... ¡Debes ir donde Dongsunie para que le pidas disculpas! Y-yo... ¡Ayer el pobre estaba destrozado! Lloraba tanto que me dolía. Ustedes son la pareja perfecta, así que tienes que ir y decirle que todo fue un error...

—No lo haré —Taeyong no sabía de donde había sacado la voz para hablarle a su madre. Alzó la mirada encontrándola con la de su padre. —Q-quisiera que t-todos tomen asiento. Qu-quiero conversar c-con ustedes.

Jaeno hizo el intento de darse media vuelta, sin embargo, Jaemin lo tomó de los hombros y lo obligó a sentarse frente a su hermano.

—Yo dije explícitamente que si dejabas a Dongsun allí yo dejaba de ser tu hermano.

—Lee Jaeno, deja de decir estupideces, niño —lo recriminó su padre mientras masajeaba sus sienes lentamente, como si su cabeza doliera.

—Nosotros estaremos arriba —informó Renjun tomando la mano de Jaemin para sacarlo de allí, ya que era una conversación entre la familia Lee.

Catarsis ↬ Jaeyong ; Yuwin ; Markhyuck [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora