𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟕 (Pᥲrt 1)

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Enero. Derry; 1990.

Eddie Kaspbrak solía pensar muy bien las cosas antes de hacerlas

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Eddie Kaspbrak solía pensar muy bien las cosas antes de hacerlas. Por ejemplo, antes de salir del colegio siempre comprobaba que llevaba el desayuno en su mochila, después se colocaba bien su abrigo y lo abrochaba hasta arriba, se ponía los guantes, le daba un beso a su madre y salía de casa. Antes de cruzar la calle miraba más de una vez a los dos lados, asegurándose de que no viniera ningún coche. Cada dos segundos le echaba una mirada al reloj para comprobar la hora y que no se le hiciera tarde. En resumen; Eddie siempre pensaba antes de hacer las cosas. Pero Richie se convirtió en su pequeña excepción.

Realmente no había pensado mucho mientras compartían besos en aquel callejón escondido la noche anterior, solo se había concentrado en los sentimientos que le brindaba, en lo feliz y completo que lo hacía sentir. Había sido mágico. Eddie no tenía otra palabra para nombrar aquella noche, donde por fin ambos habían hablado de sus sentimientos, aunque no lo suficiente, pero al menos ahora los dos sabían que el otro estaba cómodo con los besos y habían dejado la incomodidad atrás.

Cuando el castañito abrió los ojos la mañana siguiente se dio cuenta de que ya se encontraba sonriendo, se sintió un poco tonto por ello, pero de igual forma nadie lo veía. Se había sentido muchísimo mejor de lo que se había sentido nunca, se podía decir, tenía el corazón latiendo con rapidez, pero no en una que lo asustara, solo parecía bailar de la alegría. Sin darse cuenta salían canturreos de sus labios mientras hacía su rutina mañanera, lavándose la cara, vistiéndose, echándose su colonia...

Ni siquiera ver a su madre y su cara seria, mientras preparaba el desayuno aquella mañana, le hizo borrar su sonrisa.

—Buenos días, cariño —lo saludó la mujer cuando lo vio por el rabillo del ojo en el umbral de la cocina.

—¡Buenos días, mami! ¿Cómo has dormido?

Se dirigió a la nevera y sacó un poco de sirope, había comprobado las cosas que habían en la mesa, y se había dado cuenta con rapidez de que aquello faltaba, probablemente no había sido un error, a su madre no le gustaba que tomara mucha azúcar.

Sonia estaba tan entretenida con las tortitas, teniendo cuidado de que no se le quedaran pegadas en la sartén, que ni siquiera notó que su hijo estaba extremadamente feliz, y muy diferente a cómo solía verse normalmente.

—Muy bien, ¿y tú? —cuestionó, interesada—. ¿Has dormido boca arriba como te dije?

Le había contado a Eddie hacía unas semanas que leyendo el periódico, en la zona de consejos médicos, había descubierto que era mucho mejor dormir boca arriba que en cualquier otra postura, porque eso hacía que la sangre fluyera mejor y otras tantas cosas que Eddie ni siquiera se molestó en escuchar, tenía la pequeña suposición de que no había leído ningún periódico y que solo quería volver a mentirle, probablemente porque pensaba que el hueso de su brazo todavía seguía estando muy débil, a pesar de que hacía meses que le habían quitado la escayola.

Solía... [Reddie]Where stories live. Discover now