Capítulo 06

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La velada continuó de lo más relajada para todos, pero yo no podía dejar de pensar en la oferta de trabajo que me había ofrecido Cedric Brackley en su empresa, aunque la inquietud dentro de mi estómago a causa de la seriedad de Stefan me tenía algo incómoda y sin ganas de hablar en frente de él acerca de aquello.

Luego de la cena extravagante y costosa; decidimos salir a la terraza, en realidad, Cedric y Jane insistieron en que nos quedáramos para seguir charlando y bebiendo unas copas de vino carísimo.

La terraza tenía una decoración genial, todo estaba tan bien ubicado que apenas parecía un hogar, sólo parecía un hogar piloto a donde las personas van a ver lo linda que podrían ser sus vidas en un sitio como ese.

Vi a Jared sentarse junto a su novia en un sofá, luego Tara se integró junto a ellos y sin demorarse demasiado, Tara con su peculiar actitud nos invitó a unirnos junto a ellos mientras Gareth, Cedric y Jane se encontraban al otro extremo con copas en sus manos y riendo de la conversación que parecía interesante.

—¿Cómo es que reconociste de inmediato a Stefan de California? —Le preguntó Emma a Jared en un tono de voz que todos alcanzamos a oír.

—Sólo su rostro me pareció conocido —contestó Jared con insignificancia, luego alzó la mirada para fijarla en Stefan —California es un gran lugar, ¿no?

—Claro que sí, es divertido —contestó Stefan.

—¿Tú has ido, Camile? —me preguntó Emma fijando su clara mirada en la mía.

—No, Inglaterra es mi primer viaje.

Ella sonrió frunciendo el ceño y luego volvió la mirada hacia mi novio.

—Y la invitaste tú —le dijo.

—Sí, hace muchísimo tiempo que Camile quería viajar.

—¡Qué lindo novio! —Tara alzó la voz.

De pronto me sentí algo incómoda, pues estaban alardeando acerca de los viajes que habían hecho y yo no podía contar demasiado mis experiencias pues no había viajado antes a otro país, no era tan fácil como para ellos. Y veían a Stefan como un "héroe" por sacarme del país en el que me encontraba para cumplirme un "sueño". Sólo acepté porque quería viajar, pero con él o sin él podría haber viajado tarde o temprano, no lo necesitaba para eso.

Por supuesto me quedé en silencio respecto a mis sentimientos independientes que me había criado papá para que no se tornara una conversación tensa.

—¿Extrañas a tus padres, Camile? —me preguntó la hermana de Jared, la miré por unos segundos y de pronto sentí todas las miradas puestas en mí.

—A toda mi familia, en realidad —contesté.

—Pero es bueno que hayas viajado tan joven a otro país para independizarte junto a tu novio, ya pronto dejarás de extrañar todo lo que has dejado atrás —opinó Emma con aires de sabionda.

—No me criaron para dejarlos atrás; esto es sólo un viaje que quería hacer, pero si quiero regresar, no tengo ningún problema con hacerlo —la miré.

Jared me observó con gracia en sus ojos y luego miró a su novia quien tenía una expresión de pocos amigos.

—Iré al baño —expresé —¿dónde se encuentra?

—Por el pasillo a la izquierda —contestó Tara.

Asentí.

Me puse de pie y ninguno me ayudó a llegar hasta el baño. La casa era enorme y tenía alrededor de cinco pasillos diferentes, así que con paciencia me dispuse a caminar y a abrir puerta por puerta. Ni siquiera tenía ganas de orinar, sólo de un momento a otro me había sentido ajena a la conversación que estaban teniendo.

El destino que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora