Capítulo 32

134 10 0
                                    


Definitivamente Luke era maravilloso; nos detuvimos en una confitería con diseño ochentero moderno. El lugar tenía paredes color crema con posters de bandas de aquella época, algunas las ubicaba por el recorrido musical que habíamos hecho hace unos meses, y otras no tenía idea de quienes eran, discos de vinilo distribuidos junto, una barra donde detrás de ella atendía un ancianito, tras él había un espejo gigante y una estantería con licores y demás bebidas. Entrando un poco más al lugar, había unos sillones más modernos con unas mesas de aquellos años, y al fondo había un tocadiscos de donde sonaba una melodía dulce. El olor a café inundó mis fosas nasales; nos sentamos en una de las mesas y se nos acercó una señora regordeta con un delantal de cuadros blancos y negros y un bloc de notas para tomarnos el pedido. 

—¿Qué vas a pedir, Vogler? —preguntó con sus ojos azules clavados en los míos.

—Un cappuccino está bien para mí. 

—Un cortado y un cappuccino, por favor. —la señora se retiró con una sonrisa y Luke se puso a jugar con una servilleta. —¿Sabes dónde estamos?

—No, no tengo idea. De hecho, iba a preguntarte de dónde conocías este lugar tan lindo. 

—¿Ves aquella mesa de allí? —dijo señalando con su dedo índice una de las mesas del fondo. Asentí, y antes de que él pudiera hablar lo recordé.

—La cita doble. —él sonrió. —¿Y por qué me trajiste aquí?

—Porque ese día me enamoré de ti.

Sonreí bajando la cabeza, mordí mis labios e iba a responderle, pero la señora de antes vino con las dos tazas y se retiró. Aunque honestamente no sabía qué responder. Luke llevó la taza a sus labios y dio un respingo y maldijo. Se había quemado la lengua y yo comencé a reírme. —Mierda, no te reías, Vogler. Tú eres la más afectada en esto porque no podré besarte más tarde.

Bajé la cabeza con los cachetes rojos de vergüenza y tomé del café para evitar contacto visual con él. Comenzamos a hablar sobre la vez que vinimos aquí para que Alexa y Craig iniciaran su relación; recuerdo que había sido muy incómodo para mí y Luke, esa fue la primera vez que nos conocíamos y no teníamos idea de qué hablar, los únicos que lo hacían eran los dos tortolos. Y era aún más incómodo cuando se besaban. 

—¿Sabes que te conozco de antes de la cita doble, verdad? —fruncí mi ceño y negué con la cabeza. Luke sonrió de lado y suspiró. —Hace tres años atrás, primer día de clases luego del receso de vacaciones; yo estaba fumando un cigarrillo afuera, antes de entrar a clases, en ese momento sí me interesaba no meterme en problemas. —rió. —Tú, como toda buena reputación llegabas tarde, y entraste corriendo, no sé si no me viste o qué carajos, pero te tropezaste, me tiraste al suelo y tus mejillas ardieron. Yo no sabía si decirte que te veías hermosa o maldecirte por haberme tirado, te levantaste como si nada hubiera pasado y te fuiste gritando un "lo siento". ¿Tropezarte y tirarme al suelo es una forma de coquetear conmigo? Porque déjame decirte Vogler que funciona. —iba a contestarle acerca de lo que me había contado, pero él continuó hablando jugando otra vez con la servilleta. —Haz aparecido en mi vida de una manera tan indescriptible que ni yo puedo explicarte, nada ni nadie se compara contigo, eres como un ángel. Te conozco desde hace años, y nunca te fijaste en mí. Créeme que tengo una fuerte atracción hacia ti mucho antes de lo que te imaginas. —mi corazón comenzó a latir nervioso, y me ponía aún más los movimientos que Luke hacia con las manos jugando con aquel papel. —Eres magnífica en cualquier aspecto que te puedas imaginar, tienes algo que no he visto nunca antes en nadie; cuando ríes se inflan tus cachetes y pareces una niña pequeña, no sé si sabes lo que me encanta verte sonreír. Soy afortunado de tenerte conmigo, porque personas como tú, no se encuentran fácilmente. Sé que te gustan las ñoñerías de telenovela, así que decidí traerte al lugar que "nos conocimos", y hacer esto más romántico, Mía Guinievere Vogler, ¿quieres ir al baile conmigo? —preguntó entregándome la servilleta que ahora era un origami de grulla. 

I M A G I N E [LIBRO 1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora