3

15.4K 1.5K 877
                                    

A Phoebe le gustaría decir que todo volvió a ser normal, pero estaría mintiendo. Desde ese pequeño encuentro con Regulus en la cocina, el hombre evitaba a toda costa cruzarse con ella, cosa que ya la estaba frustrando.

Pero una noche, días antes de volver a Hogwarts y cuando Phoebe ya se había rendido de intentar a hablar con él, Regulus tocó la puerta de su habitación.

La pelirroja lo dejó pasar y se sentó en la cama, esperando que el hombre hable. Él suspiró y se sentó a su lado.

-Tenemos que hablar.

-No es necesario -dijo ella. Cuando iba a decirle algo más, él la interrumpió.

-Es sobre Hogwarts, Phoebe -se adelantó él. Ella lo miró confundida-. Sirius creyó que sería mejor si te lo decía yo, pero estoy seguro que él no quería verte cuando tenga que decírtelo.

-¿Por qué no?

-Sé que te molestará, Phoebe, pero tienes que escucharme hasta el final, ¿sí?

Ella bufó y asintió. Tanto misterio le estaba comenzando a molestar.

-Este año no irás a Hogwarts.

-¡¿Qué?! -chilló ella, pues le parecía injusto que no quieran dejarla ir.

Regulus la tomó de la mano y la obligó a que lo mire. Ese simple gesto, que tal vez para él no haya sido nada, logró calmarla.

-Narcissa despertó hace un rato y nos contó algo, Phoebe. Pero tienes que calmarte para que te lo pueda contar -ella miró sus manos unidas durante unos segundos y asintió-. Narcissa escuchó a Bellatrix decir que Voldemort está buscando una compañera.

-¿Una compañera? -repitió ella sin comprender.

¿Qué tenía que ver eso con que ella no iría a Hogwarts ese año?

-Alguien a quien hacer igual de inmortal que él. Alguien con quien compartir el resto de su vida y... alguien que le de herederos -Phoebe asintió, insitándolo a que diga hablando-. Creemos... creemos que se refiere a ti.

-¿A mí? -repitió incrédula.

No lograba comprenderlo. ¿Por qué razón Voldemort querría que ella sea su compañera de por vida, y sea quien le de herederos? Ni siquiera entendía porqué alguien como Voldemort querría herederos.

-Sí, a ti. ¿Quién mejor que la hermana de su enemigo? Por eso lo hablamos entre todos y creímos que sería mejor que te quedes aquí. Nosotros te vamos a proteger.

-¡Me quedan dos años! -exclamó molesta-. Y me puedo proteger por mí misma, ¿sabes? ¡Yo no soy una niña! A mí no me pueden mandonear. Tal vez Harry permita que tomen decisiones sobre su vida, pero yo no soy él.

Deshizo el agarre de sus manos y se alejó de él para seguir quejándose. Le parecía injusto que la dejen sin ir a la escuela por culpa de Voldemort, pero no pudo quejarse mucho, pues era obvio que Regulus tenía otros planes.

Se levantó y la agarró de las mejillas para obligarla a que lo mire.

-Phoebe, tranquila, por favor -le pidió. Ella bufó-. Entiendo que te moleste, pero esto lo hacemos por tu bien.

-¿Y mi hermano? ¡Quedará solo! Voldemort lo está buscando para asesinarlo, Regulus. ¡Para matarlo, torturarlo, mutilarlo!

-Lo sé, pero él está bajo el cuidado de Dumbledore, Phoebe. Tú estarás conmigo, Sirius y Remus. Nada le va a pasar a tu hermano, pero Dumbledore no puede cuidar a ambos.

-¡Yo no necesito que me cuiden! -chilló.

Él no respondió, y tampoco dejó que ella siguiera hablando pues, con una mano en su nuca y otra en su cintura, la atrajo hacia él para besarla.

Ella tardó unos segundos en reaccionar, pero apenas hacerlo pasó sus brazos por el cuello de Regulus. Sabía que lo hacía para que se calme y distraerla. Y le estaba funcionando.

Phoebe no pudo pensar en nada que no sea el sabor de su boca, a frutas. Y la suavidad de sus labios la dejaba sin aliento. Para ella, ya no existía Voldemort, ni había más peligro. Sólo eran Regulus y Phoebe.

Para Regulus, la situación no era muy diferente. No había más peligro ni malos momentos cuando sentía a Phoebe en sus brazos. Se había perdido en los labios de la chica, y cuando la lengua de Phoebe delineó el labio inferior de él para pedir acceso a su boca, se sorprendió un poco, pero no perdió tiempo en permitir que sus lenguas se encontraran.

De alguna manera habían llegado a la cama, y aunque sabían que debían frenar antes de que alguien los descubra, ninguno de los dos era capaz de frenar lo que estaba pasando. Phoebe estaba recostada sobre Regulus con las manos en su pecho, mientras que él acariciaba sus piernas que estaban al descubierto. En segundos la remera de Phoebe desapareció.

Pero como lo bueno siempre tiene que terminar, alguien tocó la puerta haciendo que se separen rápidamente.

-¿Phoebe? -la pelirroja miró con pánico a Regulus. Sirius estaba detrás de esa puerta y si veía cómo habían quedado luego de esa intensa sesión de besos, los iba a asesinar-. Cariño, ¿estás bien?

-¡Sí! -respondió.

Regulus la ayudó a ponerse su remera y a acomodar el resto de su ropa y deshizo la hinchazón de sus labios con un toque de varita. Luego acomodó su propio cabello, se sector en los pies de la cama y asintió en dirección a la chica.

Ella se levantó y le abrió la puerta a Sirius.

-¿Regulus ya te lo ha dicho? -preguntó al ver al hombre ahí. Ambos asintieron-. ¿Sabes por qué lo hacemos?

-No entiendo porqué Voldemort me querría a mí, padrino. Es estúpido, además no olvidemos que Bellatrix está loca. Pero está bien, lo entiendo. No iré a Hogwarts este año.

Regulus frunció el ceño por el cambio de actitud tan repentino, pues claro no se imaginaba que eso se debía a su nuevo objetivo.

Phoebe estaría con él costara lo que costara.

Sixteen [Regulus Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora