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- Itziar... It-zi-ar... - murmuró Álvaro pensativo - Me gusta ese nombre tuyo. - Estaba apoyado en la pared y giraba un lapicero entre sus dedos de forma distraída.
- Gracias... - respondió Itziar con una leve sonrisa sin saber muy bien qué más decir. Ella estaba sentada con los ojos fijos en su guión.

Habían pasado unos días después de aquella despedida fuera de la carpa con sus amigos. A partir de ese momento Itziar prestaba más atención a Álvaro, a lo que hacía, a lo que decía, a cómo se comportaba con ella y con los demás.
Pero no porque estuviera interesada en él, no. Simplemente tenía curiosidad, era solo eso. Sabía que era algo bastante remoto que él en verdad tuviera alguna fijación especial con ella, pero pensar que pudiera ser así le causaba una sensación que le gustaba. Solo era pura curiosidad. Y esa curiosidad la estaba matando.

- Itziar... Itziar... - seguía diciendo Álvaro como asimilando el nombre - It-zi... creo que suena más bonito Itzi. Te voy a decir Itzi.
- Vale - contestó ella y sonrió - ¿Y yo te puedo decir Alba?
El lapicero que Álvaro giraba entre sus manos cayó al piso cuando él rió estrepitosamente por la broma de ella.
Itziar volteó a verlo. Su risa, su cabello despeinado y la mirada distraida. Era muy guapo, ella lo sabía desde que lo conoció, pero ahora cada vez que lo miraba no podía evitar pensar eso.
- No, por favor no - dijo Álvaro cuando paró de reír.
- Vale, vale, Álvaro, - ella reía - pero tú sí puedes llamarme Itzi si quieres. Así me dice todo el mundo.
Él levantó el lapicero, se acercó y se sentó en la silla al lado de Itziar.
- Entonces así no. ¿Qué te parece Itz?
- Como usted prefiera profesor - contestó ella riendo.

Aquella tarde junto a él pasó rápido, entre guiones y risas. Itziar empezó a notar que tenían química. Que los ensayos y grabaciones juntos eran tan espontáneos que comenzó a esperar con ilusión la próxima vez que tuvieran que trabajar juntos.

Y así se encontraba ella una tarde, sola, sentada en una mesa de la cafetería del estudio, mientras en otra mesa al fondo, los de la otra serie como ella los llamaba, los atracadores, comían y charlaban bulliciosamente.
Itziar ya no quería más fruta y aunque había comido muy despacio, el fondo del plato ya asomaba frente a sus ojos. Fue a la barra y lo llenó. ¿Por qué? Se preguntó. Porque quiero seguir aquí. Se respondió a sí misma y prefirió no hacerse más preguntas.

Volvió a su mesa y desbloqueó su celular. Dio vueltas en el menú y lo volvió a bloquear. Se metió un pedazo de piña a la boca. Agudizó sus sentidos y notó que los comensales de la mesa del fondo se paraban. Desbloqueó de nuevo su celular y abrió una aplicación al azar mientras miraba de reojo a todos pasar por detrás suyo camino a la salida, riendo y conversando. La risa de Álvaro sonaba en medio de todas las voces. Itziar se tensó.

- Nos vemos, Itzi - dijo él pasando detrás del asiento de ella mientras con dos dedos le tomaba la mejilla dando un suave pellizco. Su piel se erizó.

- Adiós. - ella alcanzó a pronunciar y él continuó su camino. Ya estaba. Se tocó la mejilla que él había tocado y miró su plato sin saber qué haría ahora con toda la fruta que había llenado. Se sintió tonta.
"Itzi". Retumbó en su mente. ¿No la iba a llamar Itz?

Más tarde ese mismo día, estaba en el camerino organizando sus cosas para irse a su casa, un piso que alquilaba en Madrid. Se sobresaltó cuando sintió que algo la tocaba por detrás.

- Inspectora - le dijo Álvaro con tono áspero, poniendo en su espalda un arma falsa, amenazante. Había llegado de repente y jugaba a ser el profesor.
- ¡Álvaro! - gritó Itziar con reproche - me has asustado.
Él soltó una risa estruendosa y ella sonrió.
- ¿Cómo estás? - dijo él. Itziar se preguntaba para qué había venido.
- Bien, bien, ¿y tú?
- Bien... - Álvaro dudó. - Oye, me preguntaba si podemos estudiar un poco lo que grabaremos pasado mañana.

A Itziar le pareció una mala idea. Él se refería a la escena del primer beso de Raquel y el Profesor. No sabía exactamente qué quería decir Álvaro con "estudiar" pero no tenía ganas de estar a solas con él estudiando el beso porque la verdad era que empezaba a tener miedo de que su repentino interés por él pasara de la curiosidad a otra cosa.
Aún así, su boca la traicionó y sin saber por qué, contestó.

- Vale, pero ¿ahora? Yo ya me iba.
- No, no tiene que ser ahora - respondió Álvaro- pero sí que me parece necesario. ¿Te parece mañana al final del rodaje?
- Vale
- Vale. - Álvaro se acercó y le dió un beso en la mejilla. - Hasta mañana Itz.
- ¿Al fin qué? - preguntó ella divertida. - ¿Itzi o Itz?
Álvaro parecía sorprendido de que ella se hubiera fijado en ese detalle.
- Itzi con todo el mundo. Itz entre nosotros. - dijo sonriendo y sin decir más, se fue.

Locura || Itziar y Álvaro ||Where stories live. Discover now