La Casa

14.2K 1.2K 535
                                    



Colombia 1984

Intenté ponerme de pie nuevamente y cuando lo hice mis manos palmearon algo que no recordaba haber traído conmigo, con la débil luz de la luna pude distinguir que el diario de Daniela yacía tirado a mi lado completamente seco y abierto en una página en particular, dándome cuenta que aún había algo más que tenía que saber de toda esa historia que ahora sabía era parte de mi pasado.

Permanecí observando el reflejo de la luna en ese viejo lago una vez estuve de pie sintiendo como mi ropa empapada se adhería a mi cuerpo haciendo que el frio hiciera tiritar todas mis fibras.

Nadie me lo había contado, justo ahí de pie completamente sola sabía que algo mágico había pasado en ese lugar, algo que ni yo misma podía explicar, pero que nadie podría decirme que no había sido real. María José Cardona existió y vivió hace mas de ciento cincuenta años y espero a una sola chica todo ese tiempo solo porque la amaba y aunque mi lógica diga lo contrario mi corazón afirma que yo soy esa chica.

Mi destino ha estado escrito hace tanto tiempo que no intentare volver a negarlo, viviré esta vida como si no hubiera una después, disfrutare y seré yo misma pues ahora se que después de este día no volveré a ser la misma Daniela temerosa de lo que otros digan, después de este día voy a disfrutar cada día y voy a vivir una vida no solo por mí, voy a vivir una vida por ella y por mí, esperando encontrar a la chica cuyas palabras están grabas en mi alma y que de alguna otra manera se que ahora vive en mí.

—Daniela —escuché como alguien grito a lo lejos, me giré solo para ver a una agitada Victoria corriendo hasta donde yo me encontraba.

—estoy aquí —dije alzando la mano para que pudiera verme

—estás mojada, ¿Qué paso? —preguntó Vico tan pronto como llego hasta mí.

—vamos a casa, esta haciendo frio y te cuento —comenté caminando de regreso a casa por el viejo sendero.

Ninguna de la dos dijo anda durante el trayecto a casa, solo llegué me di una ducha rápida me puse mi pijama mas calientito y me metí entre las cobijas de mi cama justo a un lado de Vico tratando de entrar en calor, ambas ignoramos el desastre que había por todo el lugar con la sal y las vela, mi retrato completamente incinerado solo nos quedamos ahí mirando al techo.

—¿qué paso? —preguntó mi amiga

—ella era yo —dije sin pensar— Daniela era yo del pasado.

—¿Cómo así? —preguntó confundida— ¿Cómo una reencarnación?

Después de un suspiro le conté a la pelirroja todo lo que había ocurrido desde que ella perdió el conocimiento, le conté como murió María José, como casi muero ahogada en el lago, como Daniela nunca se entero y como un idiota logró hacerles tanto daño a un par de mujeres solo por ambición aprovechándose de algo tan puro como el amor que ambas se tenían.

Vico no dijo absolutamente nada después de mi relato permanecimos calladas un par de minutos después vi el reloj de mi mesa de noche marcando las 3:15 am.

—buenas noches Victoria —

—buenas noche Daniela —respondió ella y al poco tiempo ambas nos quedamos profundamente dormidas.

******

La intensa luz del sol proveniente de la ventana me daba directamente en la cara haciéndome despertar. Extrañamente no me sentía cansada ni física ni emocionalmente, por primera vez desde que llegue a esta casa había dormido tranquilamente sin sueño ni interrupciones. El reloj de mi mesa de noche marcaba las 9:50 am había dormido relativamente poco sin embargo decidí levantarme. Victoria ya no estaba a mi lado y supuse que había bajado ya a desayunar así que decidí hacer lo mismo.

Mil TormentasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora