♛D O C E ✏

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Un chico llegó en una moto y Martina fue a saludarlo, dejándonos solos a Isa y a mí; aproveché eso para darle una colleja —sin fuerza realmente— y reclamarle a mi amiga:

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Un chico llegó en una moto y Martina fue a saludarlo, dejándonos solos a Isa y a mí; aproveché eso para darle una colleja —sin fuerza realmente— y reclamarle a mi amiga:

—Quita esa cara, Isabel. Parece que te estuviéramos torturando y no en una salida de amigos.

—Elías, ese tipo sabe que yo era el crayón. Lo sé, lo siento acá. —Se tocó dramáticamente el corazón y yo blanqueé los ojos.

—¿Con la misma convicción con la que me dijiste que él me iba a golpear si no saltábamos por la ventana? —Resoplé—. Por favor. Él no sabe nada, estoy seguro. Así que deja esa cara de tragedia y diviértete. ¡Estamos en la pista de hielo y gratis! Gózalo y ya.

—¿No escuchaste su interrogatorio? Solo busca información para...

—Que no, Isa, él solo es amable. Deja tu novelón para después. Diviértete y ya —insistí.

Isa miró a Martina y a sus amigos que estaban a solo un par de metros de nosotros y luego me miró con los ojos entrecerrados.

—¿Esa es la diabla? —Sonreí sin responder, pero eso le contestó—. ¡Es por eso que estás tan feliz! ¿Y si ella sí te reconoció?

—Yo era un cuaderno, no me ha reconocido —obvié—. Vamos, pórtate bien por mí. Ella puede ser el amor de mi vida.

—O no ser nadie y solo nos arriesgamos.

—Bueno, ya estamos aquí, así que actúa bien. Puede que luego de hoy no los veamos jamás en la vida de nuevo, así que solo aprovechemos.

—Cada vez que dices "solo aprovechemos" algo malo sucede. Ahora entiendo por qué eras un cuaderno de matemáticas, estás lleno de problemas.

Solté una carcajada hasta que la hice reír y el tema quedó allí.

—¡Vamos! —escuchamos la voz de Martina que nos ondeaba la mano; llegamos a ellos y ella señaló al recién llegado—. Él es James, James, ellos son Isa y Elías, de mi trabajo.

El chico nos sonrió a ambos y nos encaminamos todos hacia la entrada.

La gran pista estaba ubicada en medio de la plaza, unos metros más abajo del nivel de la calle por lo que al rodearla podíamos verla desde arriba, era enorme y alrededor había un par de tiendas de chucherías y una pequeña cafetería. El metal que la bordeaba era dorado por lo que lucía elegante y costosa; ya estaba todo decorado con guirnaldas verdes de Navidad y luces por lo que el panorama era mágico. Estaba medio llena, había personas de todas las edades patinando y tomándose fotos o riendo con los amigos; giré a mirar a Isa que iba a mi lado y ella también estaba maravillada con la vista, tanto, que pareció incluso olvidar con quién estábamos.

Ojalá eso le durase más porque no quería más paranoia dramática Isabelina.

Martina y James iban a la cabeza, detrás iban Andy y Alicia y nosotros dos de último, no podría decir quién de nosotros estaba más contento de estar ahí. La fila para entrar era larga, pero se movía rápido y vi que Martina sacó de su bolso las seis entradas.

De una fuga y otros desastres •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora