2 - 「 En la profundidad 」

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La primera lección que Shen Qingqiu aprendió en las profundidades de un abismo insondable fue sencilla: que nadie te importe y que a nadie le importes.

De esta forma, se evitarían muchos problemas, o podrían haberlo sido.

Por ejemplo, si nunca hubiera estado encariñado con el protagonista 一su discípulo一, nunca hubiera hecho lo que hizo, nunca hubiera puesto sobre sus hombros el peso de aquella decisión y sus consecuencias.

Pero lo hizo. Lo hizo, y ahora su vida pendía de un hilo que no dudaría en agarrar con todas sus fuerzas.

Esto le recordaba a la historia del hilo de la araña; aun teniendo la oportunidad de salvarse, él mismo se condenó a permanecer en aquel agujero infernal.

Sin embargo, Shen Qingqiu ha decidido que no lo volverá a hacer. De ahora en adelante, o al menos hasta que saliera de allí, priorizaría su propia vida.

Al fin y al cabo, ¡fue totalmente innecesario! Shen Qingqiu no entendía en qué demonios estuvo pensando cuando hizo aquello, ya se dijo que Luo Binghe no moriría. Además, no era la primera vez que se interponía para rescatarlo de la propia trama, ¡pero él seguía sin aprender la lección!

Y ahora se encontraba aquí.

En este momento, Shen Qingqiu estaba sentado en el suelo, apoyado en una roca junto a un río de lava, descansando. Su frente estaba perlada de sudor, y tenía el ceño fruncido, sus ojos estaban cerrados firmemente.

Quizás estaba meditando, quizás estaba perdido en sus pensamientos, o tal vez estaba soportando un dolor instenso; de cualquier modo, no se percató de la gran cabeza oscura que emergió de la lava. Dos cuencas vacías pertenecientes al cráneo de un monstruo alargado observaron su figura desde el río, esperando al momento adecuado para atacar.

Shen Qingqiu parecía estar en un trance, y no reaccionó. Tras acercarse a la orilla a un ritmo pausado, el demonio finalmente se preparó para sacar su cuerpo al completo.

Hasta que una corriente de energía espiritual oscura lo alcanzó y dividió en dos.

El demonio volvió a sumergirse en la lava, pero esta vez, no volvería a salir nunca más.

Bueno, este era el abismo, que una vida desapareciera así de sencillo no era nada de lo que sorprenderse.

Shen Qingqiu ni siquiera había abierto sus ojos al realizar ese ataque. Su mano seguía extendida, y él exhaló aire despacio, bajándola al mismo tiempo. Usar cultivación demoníaca agotaba su energía, la succionaba con mucha más rapidez.

Oh, así es, se podría decir que ahora Shen Qingqiu era un practicante de la cultivación herética.

La explicación era muy simple, al contrario que su puesta en escena.

Por muy poderosa que hubiera sido la cultivación de Shen Qingqiu, no lo era lo suficiente como para enfrentarse a un agujero atestado de monstruos sedientos de sangre; él no era Luo Binghe, al fin y al cabo, no tenía ni el instinto, ni la capacidad, ni la suerte... ni era el protagonista. El único modo de sobrevivir y proseguir con su cultivación en un lugar como tal, era conseguir lo que Luo Binghe y todas esas criaturas abismales también poseían: energía demoníaca.

Por lo tanto, no tuvo más remedio que cambiar su cultivo y llevar a cabo unas prácticas inmorales que cualquier secta hubiera mirado con malos ojos.

Esto no hubiera sido posible sin el sistema, no obstante. Una vez que Shen Qingqiu alcanzó el fondo del Abismo Sin Fin, una notificación le hizo saber que había desbloqueado una ruta alternativa. Y siento honestos, de todas las opciones disponibles que el sistema le ofreció, la de desviarse en el camino demoníaco para poder sobrevivir sonaba como la más encantadora, gracias.

AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora